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Israel es un destino donde la tradición y la modernidad coexisten de forman magistral. Recorriendo su costa es posible pasar en apenas unos kilómetros de urbes tan vibrantes como Tel Aviv a la histórica Acre: una de las ciudades más antiguas del mundo y una parada imprescindible en vuestro viaje a Israel Es difícil hacer una selección, pero si disponéis pocos días de vacaciones y queréis ver lo esencial de este país, sin duda Acre se encontraría dentro del Top 5. Además, la corta distancia que la separa de Tel Aviv (aproximadamente una hora y media en coche) hace que sea muy fácil visitarla en una excursión de un día, aunque por supuesto lo ideal sea quedarse en ella a dormir. Fundada hacia el año 1.500 a.C., Acre goza de una estratégica posición por la que además de convertirse en uno de los puertos más importantes del Mediterráneo (punto de encuentro de los comerciantes que transportaban mercancías de Asia a Europa y viceversa) se ha visto expuesta a numerosos asedios a lo largo de su historia. Árabes, sarracenos, otomanos, Templarios...  la huella de los diferentes pueblos que la han ocupado aún está muy presente en sus calles y construcciones, haciendo de ella una ciudad-museo que nadie debería dejar de descubrir. Como visita inexcusable destaca la gran Fortaleza, construida por los Caballeros Hospitalarios entre los siglos XII y XIII, y ampliada posteriormente como fortaleza otomana entre los siglos XVIII y XIX. En excelente estado de conservación, aunque aún en excavaciones, este gran complejo de salas y habitáculos, entre los que no faltan comedores e incluso baños, puede visitarse casi en su totalidad, siempre mejor en la compañía de un guía o con la ayuda de una audioguía en español, para no perderse nada. Otro lugar fascinante es la impresionante galería de 350 metros que los Templarios construyeron desde su fortaleza hasta el puerto para poder escapar en caso de asedio. Recorrerla permite cruzar la ciudad por debajo del barrio pisano para salir directamente a la marina y contemplar unas maravillosas vistas mientras se disfruta de un zumo natural preparado en el momento por alguno de los vendedores que instalan sus puestos y carritos en la zona. Y aunque visitas podríamos decir muchas más (el Baño Turco Al Basha y la sinagoga del Ramhal son tan solo dos ejemplos), lo mejor de Acre se encuentra bajo los rayos del sol, en su día a día; tanto en la zona del puerto como en el interior de cada uno de sus pintorescos barrios o de su colorido y exótico zoco, donde los puestos de dulces, tiendas de antigüedades y tejidos son los grandes protagonistas. Si os gusta probar comida típica, callejead hasta dar con Humus Said; ¡según muchos, el mejor  hummus del país!
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