¡Ave, ciudadanos de Lucus Augusti. Ave, ciudadanos visitantes. Ave, Arde Lucus! Con este saludo tan poco común, la ciudad gallega de Lugo invita a pasarse por allí para hacer un viaje en el tiempo y retornar a los tiempos del Imperio Romano, cuando la urbe era una de las capitales administrativas de la Gallaecia. Eso sí, en un tono marcadamente festivo.

Arde Lucus

Y es que el próximo fin de semana, del viernes 19 al domingo 21 de junio, se celebra una nueva edición -y van quince- de Arde Lucus, una original recreación histórica que, en lugar de ser protagonizado exclusivamente por un grupo ad hoc, implica a toda la población lucense. Es más, te piden que tú mismo colabores asistiendo adecuadamente ataviado si haces un viaje a Lugo esos días. El evento, que nació para conmemorar la fundación de la ciudad y siguió adelante año tras año debido al éxito obtenido, atrae nada menos que a un millón de personas, entre locales, curiosos y asociaciones históricas temáticas (hasta catorce, participarán). Todo ello en recuerdo de aquel campamento militar establecido por Paulo Fabio Máximo en en año 15 a.C. y que fue el germen del Lugo actual. Por eso la ambientación de Arde Lucus no se limita a lo romano sino que se extiende a la de los pueblos de la cultura castreña autóctona, de ascendencia céltica e integrada por los arronios, los seurros... La propia organización suele facilitar modelos de vestuario tribales en su web oficial e incluso la posibilidad de encargarla a talleres especializados. Así que, durante tres jornadas, galaicos y romanos confraternizan en las diversas actividades programadas, que incluyen un mercado de artesanía y gastronomía, teatro, conciertos, carreras de carros, luchas de gladiadores y hasta matrimonios por el rito celta oficiados por un druida. Acorde con aquellos turbulentos tiempos, también hay tiempo para la guerra. Los romanos tienen su base en el Castra de Lucus Augusti, en Carril dos Fornos, y los galaicos en el asentamiento de Trebas, en el Cantiño de Nemesio Cobreros. Así, legionarios y guerreros se enfrentarán durante la llamada Quema de la muralla, aunque no llegará la sangre al río; al menos en 2015. En suma, una fiesta que promete diversión, cultura e interacción a partes iguales. Una experiencia diferente para entrar de lleno en el optimismo del verano.