Una maleta se puede hacer con más o menos ilusión y con más o menos quebraderos de cabeza. Siguiendo estos consejos harás de este trámite algo más rápido y sencillo para dedicarte a pensar únicamente en lo bueno de tus vacaciones. Antes de nada, ten en cuenta la maleta que necesitas en función del viaje:
MALETA DURA una maleta rígida del todo tiene muchas ventajas pero también muchos inconvenientes, entre ellos, que si se rompen lo hacen de verdad y tienes que sustituirla por otra. Ahora hay maletas semirrígidas que son una estupenda opción. Puedes cargarlas con lo que quepa de ellas y dan algo de sí, sin romperse.
MALETA BLANDA Lo bueno de estas maletas es que pesan menos que las rígidas, pero no son aptas para llevar cosas que puedan romperse fácilmente con un golpe. Tienen la ventaja de no sufrir daños en los aeropuertos y en los vuelos. También son buena opción si vamos a viajar en nuestro propio vehículo porque estaremos seguros de que legarán en buenas condiciones y ocupan mucho menos espacio.
MALETA CON RUEDAS Son las más utilizadas porque las hay de todos los tamaños y es lo más cómodo de transportar, especialmente desde una estación al hotel.
MOCHILA lo mejor si eres de espíritu aventurero e inquieto. Si lo tuyo no es llegar al hotel y no volver a ver la maleta hasta el día de vuelta de tus vacaciones, necesitas una buena mochila. Lo bueno de las mochilas es que puedes llevarlas como único equipaje de mano y no facturar con algunas aerolíneas sin no llevas demasiado peso.
Una vez elegida la maleta que concuerda mejor con nuestro equipaje, la duración del viaje y nuestro medio de transporte, debemos tener en cuenta otros aspectos:
¡FELIZ VIAJE!