Tal vez estas navidades las quieras disfrutar de una manera diferente. Para ayudarte a renovar tu ilusión navideña, te mostramos cuatro destinos para una Navidad diferrente que te pueden servir de inspiración para preparar una aventura navideña muy especial.
Destinos para una Navidad diferente
1.- Medellín, Colombia
Según National Geographic,
Medellín es una de las 10
ciudades más sorprendentes para celebrar las Navidades. ¿Y qué es lo que hace a
Medellín una ciudad tan especial en estas fechas de celebración? Sus luces.
Si viajas a
Colombia, has de saber que empiezan el día 7 de diciembre y esto se celebra llenando las calles de velas y linternas para honrar a la virgen Inmaculada Concepción.
Por esta manera de celebrar las fiestas, cada vez fue creciendo el interés turístico y sus iluminaciones se hicieron más llamativas cada año. Actualmente
Medellín enciende más de 14 millones de bombillas y acompaña este espectáculo de una rica programación cultural.
2.- Rovaniemi, Finlandia
Si tienes niños pequeños o conservas intacto tu espíritu infantil, ¿por qué no ir a entregar tu carta a Papá Noel en persona? Para esto tendrás que ir hasta su casa, ubicada en
Rovaniemi, Laponia.
Una ensoñación festiva en el círculo polar ártico puede que sea una de las opciones navideñas más originales e inolvidables de las que puedas disfrutar. Además de la belleza natural de los
parajes finlandeses, podrás realizar múltiples actividades.
Visitar la oficina y los talleres de Papá Noel y disfrutar de las actividades y retos que podrás encontrar en ellos junto con una excursión en un trineo tirado por renos suena de lo más divertido.
Pero no solo la casa de Papá Noel te ofrecerá una experiencia inolvidable, la propia ciudad te deleitará con un precioso mercado navideño y la posibilidad de patinar en la pista helada ubicada en su centro.
3.- Reikiavik, Islandia
Otro de los principales
destinos para una Navidad diferente es
Islandia. Un país que no nos deja indiferente ya que es siempre sorprendente y único. Tampoco te dejará indiferente su manera de celebrar la Navidad. Las fiestas empiezan el 24 de diciembre y se alargan 13 días. Y no tienen un solo Papá Noel, tienen 13.
Estos 13 personajes no son los típicos Papá Noel tampoco (aunque vistan como tal en la actualidad), son una especie de trolls llamados
Jólasveinar o Yule lads. En su origen no eran unos seres muy amigables y disfrutaban de asustar a los pequeños, pero poco a poco se han ido haciendo más amistosos.
Desde el 12 de diciembre, los
Jólasveinar se acercan a las ciudades, uno cada día hasta el día de Navidad. Tras esto se vuelven a retirar cada uno durante trece días y, de este modo, acaba la navidad el 6 de enero, cuando el último troll se marcha.
Cada Yule Lad deja un obsequio o una patata podrida en los zapatos de cada niño, según haya sido bueno o malo durante el año. Así que pórtate bien si vas a Islandia o acabarás las navidades con 13 patatas podridas en tu poder.
4.- Tallin, Estonia
Ver la ciudad medieval que se encuentra en mejor estado de conservación en Europa llena de luces navideñas, merece la pena.
En
Tallin podrás sumergirte en una Navidad de cuento, en un entorno lleno de acogedoras tabernas denominadas
Olde Hansa y antiguos comercios cargados de espíritu navideño.
Además de su maravillosa arquitectura, la ciudad se llena de baile y coros bajo las cálidas luces de las plazas. Según se cuenta, Tallin es una de las ciudades vinculadas al origen de una tradición fundamental de las navidades: la iluminación de los árboles navideños.
El origen de esta tradición de remonta a 1441, y surgió en la misma plaza del ayuntamiento (patrimonio de la humanidad por la UNESCO) donde hoy se articula el mercado navideño
Tallinna jõuluturg, alrededor de un gran árbol iluminado.
La leyenda cuenta que un comerciante soltero decidió bailar alrededor del árbol de la plaza con algunas chicas de la ciudad, dejándose llevar y prendiéndole fuego mientras bailaban. Así comenzó todo.