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Las construcciones dependen del orden del universo según su cultura y religión

La paradisíaca isla de Bali es uno de los destinos más deseados y también menos accesibles para la gran mayoría. Más allá de sus imponentes paisajes y sus maravillosas playas, esta isla indonesia posee una interesante cultura que aúna vida social y religión, hecho que se refleja también en su arquitectura. Según la religión hinduista que se practica en Bali el universo se divide en tres elementos: Brahma (dios creador), Vishnu (dios preservador) y Shivá (dios destructor) y que tiene también analogía con el cuerpo humano (cabeza, tronco y piernas). En la arquitectura se refleja de modo que la zona más sagrada está elevada y orientada hacia la montaña (donde viven los dioses), la zona intermedia es la de los hombres y la zona más baja se orienta hacia el mar, donde según la religión habitan los seres impuros. El terreno de la casa tradicional balinesa está rodeado de un muro de piedra, y en las esquinas hay torres que protegen al energía del hogar de los malos espíritus. Al noroeste del terreno se sitúa el lugar más sagrado e importante de la casa. Allí están los templos familiares. El terreno suele ser grande y en él se albergan construcciones para varias generaciones de la misma familia, según va aumentando. La entrada es estrecha y las puertas de madera afanosamente labrada son uno de los elementos más bellos de la casa y a los lados tienen esculturas de piedra, típicas de la decoración oriental, que tanto está de moda y cuyos amantes en Bali encontrarán un auténtico paraíso.
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