La pieza en cuestión es “Puesta de Sol en Montmajour”. Fue pintado en 1888 pero nunca firmado. Representa un paisaje arbóreo y pertenece a la época de los cuadros florales del pintor, entre los que se encuentra también la famosa serie de “Los Girasoles”.
La obra estaba actualmente en posesión de la una coleccionista noruego que ha preferido mantenerse en el anonimato, y a quien al adquirirla en 1980 le habían asegurado que no era un Van Gogh. Hace dos años pasó a manos del museo para su investigación y se supo que había pertenecido al hermano del pintor, Theo, que la vendió en 1901.
Una exhaustiva investigación
Vincent Van Gogh (1853-1890) pasó una época en 1888 al sur de Francia, concretamente en Arlés, donde comenzó esta etapa floral a la que también pertenecen obras como “La Casa Amarilla” y “El Dormitorio”. El escenario que se representa –árboles, arbustos y un cielo azul- coincide con una colina existente entre Montmajour y Arlés.
La conclusión del hallazgo ha sido resultado de la investigación que los veteranos expertos de la pinacoteca neerlandesa, Louis van Tilborgh y Teio Meedendorp, han llevado a cabo teniendo en cuenta estilo, técnica y soporte en el que la obra está realizada, además de documentación y seguimiento del rastro de la obra.
La restauradora del Museo Van Gogh, Oda van Maanen, también ha colaborado en la investigación y a través de Rayos X y análisis por ordenador, han llegado a otras conclusiones sobre el lienzo, muy similar al empleado en otras obras como “Las Rocas” y de un tamaño de 93,3 cm de alto por 73,3 cm de ancho, medidas que sobrepasan el tamaño habitual de sus trabajos.
"El Taller de Van Gogh" - Van Gogh At Work es una exposición actual en la que la pinacoteca profundiza en algunos aspectos técnicos únicos del pintor, como la decoloración. Algunos de ellos han sido claves para identificar la obra con su autoría y por ello la obra se mostrará integrada en esta exposición que podéis visitar si viajáis a Ámsterdam antes del 12 de enero.
Otra prueba definitiva de la autoría del cuadro, es su mención en un par de cartas a su hermano, en las que manifestaba su descontento con el trabajo final, el día en que la había pintado: el 4 de julio y el lugar: “un páramo pedregoso donde los pequeños robles crecen torcidos”. El genio holandés era tan exigente que otras de sus grandes obras como Noche Estrellada, realizada un año después, tampoco acabaron de llenar las aspiraciones de su autor.
El cuadro representa para los expertos una forma de transición o experimentación, ya que a partir de su elaboración, Van Gogh comienza a usar más capas de pintura. Pero aquí los amantes de su obra están divididos, pues esta etapa es para otros la culminación de su genialidad.
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