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Blogshalcon-Vuelos-Desfibriladores aeropuertos Una noticia de hace un par de semanas nos traía a la actualidad un tema que con el tiempo se ha convertido en una realidad dentro del campo de la seguridad, en el sector de la aviación pero en tierra: la instalación de desfibriladores en los aeropuertos. En efecto los medios de comunicación se hicieron eco de la formación en primeros auxilios que recibió la plantilla de trabajadores del Aeropuerto de Girona-Costa Brava durante la primera semana de noviembre. Y parte de esas prácticas consistía en el uso de los mencionados desfibriladores, cuyo manejo aprendieron 42 empleados con responsabilidad en los diferentes servicios, desde el personal de AENA hasta el de asistencia pasando por las fuerzas del orden. Desde diciembre de 2010, el complejo catalán cuenta con 5 aparatos semiautomáticos para reanimación cardíaca repartidos por la terminal y las dos plantas del edificio, de manera que se cubra la mayor parte de superficie y el acceso sea rápido y fácil en caso de urgencia. Pero el aeródromo gerundense no es el único que cuenta con esta tecnología extrahospitalaria, pues la intención de AENA fue siempre equipar con ellos todas las terminales que integran su red progresivamente y en ello invirtió un presupuesto de 700.000 euros. De hecho, buena parte de los aeropuertos de la red AENA cuentan ya estos equipamientos, unos más y otros menos dependiendo del tamaño y el tráfico de vuelos y pasajeros. Así, hay un amplio espectro que va desde los 65 que tiene Madrid-Barajas al único existente en los aeropuertos de Valladolid o Zaragoza, pasando por los 8 de Bilbao, los 6 de Alicante, los 4 de Sevilla o los 2 de Asturias, por ejemplo. Se llaman PRC, Puntos de Rescate Cardíaco y decíamos que son semiautomáticos porque van guiando y dando instrucciones al encargado de usarlos, aplicando o no la descarga eléctrica según el estado del paciente. Simultáneamente, el PRC envía una señal de aviso al Centro de Gestión Aeroportuaria para que active la asistencia del servicio médico de urgencias; no obstante, los sanitarios siempre dicen que en casos así cualquier segundo cuenta: cuanto antes se pueda atender al enfermo más probabilidades hay de evitar la fibrilación venticular y salvar su vida. Los desfibriladores de los PRC aeroportuarios tienen una batería autónoma. Sin embargo, después de cada alarma se procede a una revisión y reposición, engrosando así las que se hacen cada mes. Están debidamente señalizados mediante un icono de un corazón atravesado por una rayo sobre fondo verde, como se ve en la foto.
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