Compartir:
Blogashalcon-Cruceros-Canal Corinto union Jonico Egeo No es tan famoso ni importante, económica y estratégicamente hablando, como los de Panamá o Suez, pero el Canal de Corinto puede presumir de haber sido ideado antes que los otros, en los tiempos de la antigua Grecia. Y aunque no se llegaría a construir hasta el siglo XIX, queda atestiguado un primer intento inacabado ya en aquellos tiempos. Si has estado en Atenas probablemente lo conocerás porque queda bastante cerca de la capital griega. Y si no, las excursiones a ésta de varias compañías de cruceros por el Mediterráneo suelen incluirlo. No porque el navío lo atraviese, cosa imposible dado que el paso resulta demasiado estrecho -21 metros- y poco profundo -8 metros- para los gigantescos buques actuales y sólo pueden navegarlo barcos pequeños (a pesar de lo cual se registran unos 11.000 al año); más bien por la citada proximidad. El canal atraviesa el istmo de Corinto, una lengua de tierra que enlaza la parte griega continental con la península del Peloponeso. Basta mirar un mapa para entender por qué surgió el interés por excavar un paso: ahorrarse los 400 kilómetros de circunnavegación de dicha península. A cambio, sólo eran 6,8 kilómetros de longitud a excavar, uniendo los mares Jónico y Egeo; una obra difícil pero no imposible. Al menos así lo entendía el tirano Periandro de Corinto, uno de los Siete Sabios de la antigua Grecia. Era alrededor del año 630 a.C. y no se decidió a llevar el proyecto a la práctica por el dictado en contra del Oráculo de Delfos, limitándose a instalar una rampa de piedra cuyos restos aún se ven hoy. El macedonio Demetrio I recogió el testigo en el siglo III pero sus ingenieros creyeron que las obras inundarían la región y tampoco salió adelante. Julio César y Calígula también especularon mas, al final, hubo que esperar a Nerón, quien sí ordenó iniciar los trabajos en el 67 d.C. Millares de esclavos vieron cómo el emperador en persona daba el golpe de piqueta inaugural, pero moriría apenas un año después y sus sucesores estimaron que aquello resultaba demasiado caro. Así llegó 1869, cuando el gobierno griego, siguiendo el modelo del recién abierto Canal de Suez en Egipto, dio el visto bueno. Las obras de desarrollaron de 1882 a 1893, basándose en cálculos de los ingenieros romanos y bajo dirección del húngaro Esteban Turr. Se movieron 930.000 metros cúbicos de tierra y roca, alcanzándose cotas de hasta 71 metros sobre la superficie del mar. Durante mucho tiempo fue eficaz pero cuando empezaron a crecer las dimensiones de los navíos quedó obsoleto. Pero si le haces una visita no te arrepentirás: resulta impresionante contemplarlo desde el puente que lo cruza
Anterior Air Europa amplía su oferta de vuelos a La Habana
Siguiente 10 años de exquisitez a bordo de Swiss

Categorías

Artículos relacionados