A medio camino entre Europa y Asia, es delicado ponerle etiquetas a una ciudad que tiene un toque de ambos continentes. Estambul tiene el desarrollo propio de cualquier ciudad europea, así como su organización y el modo de vida de sus habitantes. Sin embargo, sus más de 500 mezquitas o el llamado a la oración por ejemplo, pueden provocar un aire de exotismo ante los ojos de cualquier occidental. El Gran Bazar de Estambul entra en esta categoría.
Tan antiguo como la propia Estambul, el Gran Bazar representa mucho más que un mercado o un centro comercial, es en sí una ciudad dentro de otra, un mundo en miniatura donde se puede comprar absolutamente todo lo que se te ocurra y uno de los sitios que mejor ejemplifica las costumbres y el modo de vivir de los estambulitas. Visitar el Gran Bazar es imperativo si vas de vacaciones a Estambul.
Los bazares o “Bedesten” se comenzaron a construir cerca del palacio del Sultán Mehmed II, después de la conquista de Constantinopla. Originalmente se vendían telas y todo tipo de tejidos, que con el tiempo se comenzó a extender a todo tipo de productos, sus calles se fueron cubriendo hasta que el complejo fue amurallado, convirtiéndose en el centro económico de la ciudad.
Los números que maneja el Gran Bazar son de infarto: 45.000 metros cuadrados, 3.600 tiendas repartidas en 64 calles y avenidas, más de 15 millones de visitantes al año, 22 puertas de acceso y unas 20.000 personas trabajando diariamente. Lo que es algo muy difícil de calcular es su facturación, ya que cada producto tiene un precio distinto y nunca se venderá por el mismo precio. El regateo en el Gran Bazar es lo habitual y es una guerra cuyo desempeño dependerá de la astucia del vendedor (o del comprador) y el interés que tenga el comprador por algún producto específico.
Esta forma de comercio es un arte y dominarlo es algo sumamente complejo, que se aplica a todos los productos que puedas encontrar en sus tiendas. Es una parte esencial al comprar en el Gran Bazar y aunque la idea pueda ser intimidante, puede ser una experiencia sumamente divertida.
¿Qué puedes encontrar en el Gran Bazar? Entre los productos ofrecidos destacan la orfebrería, joyería, artesanías, especias y alfombras, aunque también puedes encontrar todo tipo de vestimentas, productos de piel, librerías y hasta tiendas de disfraces. Su distribución es totalmente gremial, ya que los comercios se agrupan por el tipo de actividad. En su interior es posible encontrar igualmente oficinas de correos, enfermerías y hasta oficinas bancarias. De hecho, se dice que antes del terremoto de 1894, que afectó gravemente al Bazar, había mezquitas, baños turcos, fuentes, una escuela y hasta tumbas.
¿Cuál es la mejor forma de llegar al Gran Bazar? Turkish Airlines sin duda, es la forma más cómoda, rápida y directa para viajar a Estambul, una ciudad con múltiples atractivos a la que seguramente querrás volver una y otra vez.