Beneficios físicos y mentales, sensación de libertad, la oportunidad de conocer nuevos destinos y culturas… Viajar y cumplir años es un tándem ideal para sacar el máximo partido a nuestra etapa sénior.
Hay un tesoro que no es tangible. No se valora en euros ni tampoco se mide en metros o en kilates. Este tesoro se cuenta en recuerdos, experiencias, sensaciones, oportunidades… Sí, lo has adivinado. Hablamos del tiempo, un regalo que en cada etapa de la vida se gestiona de manera diferente pero que, en definitiva, marca el ritmo de nuestros días, brindándonos la oportunidad de sacar el máximo partido a cada momento.
Estarás de acuerdo con nosotros en que cómo aprovechar ese tiempo depende -y mucho- de nuestra etapa vital, ¿cierto? La jubilación es, sin duda, una de las más dulces para hacer con él lo que más nos llene. No nos malinterpretes. No hay que esperar a ‘colgar las botas’ para aprender a tocar el contrabajo o apuntarse a ritmos latinos. Es, simplemente, que después de décadas de trabajo y responsabilidades, cumplir años permite saborear el momento de relajarse y disfrutar de todo aquello para lo que antes no teníamos tiempo o, al menos, no todo el que nos gustaría.
En este ranking viajar ocupa un lugar de excepción. Y es que, aunque es una pasión compartida por personas de todas las edades, hay algo especial en hacerlo como viajeros sénior: la libertad de horarios, la experiencia acumulada y las ganas de explorar el mundo desde una nueva perspectiva. ¿Te suena? Bienestar, felicidad, recuerdos inolvidables… Descubre por qué viajar con años en la maleta es una de las mejores decisiones que puedes tomar.
Uno de los mayores beneficios de cumplir años es el lujo del tiempo. Ya no hay agendas laborales apretadas ni vacaciones limitadas. Tienes la libertad de planear tus viajes sin preocuparte por regresar a una oficina o preparar el material para la vuelta al cole. ¿Qué significa esto? Básicamente que puedes explorar los destinos que más te seduzcan sin prisas, disfrutar de programas especiales y de itinerarios más largos y tranquilos.
Ser un viajero sénior te permite conocer un lugar a fondo, disfrutando de las pequeñas cosas e, incluso, dejándote llevar por el placer de la improvisación. Puedes elegir cuándo y dónde ir, evitar las temporadas altas, disfrutar de lugares diferentes, accesibles o poco concurridos… Es el momento de explorar con calma, sin prisas.
Viajar no es solo una forma de disfrutar del tiempo libre. Planificar un viaje a cualquier edad -pero especialmente tras la jubilación- también es una forma de mantenerse activo y apostar por la salud. Tanto física como mentalmente, los viajes pueden ser una fuente de bienestar.
Para empezar, viajar permite desconectar por completo de cualquier tensión acumulada. Estar en un nuevo entorno, lejos de las preocupaciones cotidianas, ayuda a reducir los niveles de estrés y ansiedad, brindando una sensación de bienestar duradero. Además, aunque no se trate de una actividad extremadamente exigente, requiere movimiento: caminar por el interior de museos y edificios emblemáticos, pasear por callejuelas llenas de magia, hacer excursiones en la naturaleza… El simple hecho de estar en constante movimiento ayuda a mantener el cuerpo activo y saludable.
Y no solo eso. Una vez aparcadas las preocupaciones y responsabilidades propias de la etapa laboral (o los años más intensos de la paternidad, por ejemplo), salir de la rutina diaria, conocer nuevos lugares y culturas es una excelente ‘medicina’ para estimular el cerebro y mejorar el estado de ánimo.
Estarás de acuerdo con nosotros en que viajar es una inversión en uno mismo. De hecho, con el paso del tiempo uno no recuerda tanto las cosas que tiene sino los momentos vividos. Viajar nos regala recuerdos que podemos atesorar para siempre. Cada lugar que visitamos, cada persona que conocemos, cada paisaje que contemplamos… Todo ello se convierte en parte de nuestra historia personal.
En este sentido, los viajes organizados -especialmente para personas mayores de 65 años- no solo ofrecen comodidad y seguridad, sino también la oportunidad de compartir la experiencia con otros viajeros que buscan lo mismo: descubrir el mundo mientras disfrutan de buena compañía a su ritmo. Tener la tranquilidad de delegar la planificación en expertos como nosotros -que conocemos al detalle los destinos y a nuestros viajeros- elimina muchas de las preocupaciones logísticas más frecuentes, como la organización del itinerario, el transporte o las reservas. ¿Te suenan? Seguro que sí.
¿Te seduce la costa peninsular o eres más de islas? ¿Prefieres escapadas a destinos culturales o, tal vez, algo de turismo en la naturaleza? Hay un destino perfecto para cada viajero, nosotros lo tenemos claro desde hace más de 50 años. Cada uno de ellos ofrece la oportunidad de aprender algo nuevo, ya sea sobre la historia, la gastronomía o las tradiciones locales. No obstante, no se trata solo de visitar lugares nuevos, sino de sumergirse en ellos, aprender y crear recuerdos inolvidables que, a partir de cierta edad, puedes hacer con unas condiciones realmente apetecibles. ¿La soledad no deseada no va contigo? Compartir momentos con personas de intereses similares puede resultar de lo más enriquecedor y, a menudo, estos viajes se convierten en el punto de partida de nuevas amistades que perduran más allá de la aventura.
¿Listo para empezar a tachar destinos de tu lista de ‘pendientes’? Si un safari en África, un crucero por los fiordos o aprender a bucear por el Caribe te parece demasiado para empezar, tranquilo. Hay multitud de opciones para viajar por España y descubrir que estás en el momento perfecto para emprender nuevas aventuras. Al fin y al cabo, el mundo es enorme y está lleno de maravillas esperando a ser descubiertas aunque, si no sabes por dónde empezar, podemos darte algunas ideas. ¿Qué mejor momento que ahora para empezar a explorarlas?