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Existen empresas especializadas que ya están trabajando con realidad virtual para las agencias de viajes. En modo visión de 360º, ponen a disposición del cliente, un anticipo virtual del destino, o del viaje, o del crucero, o del escenario concreto, en el que está interesado. Esta aplicación tan aparentemente ventajosa, al servicio del cliente en las agencias de viajes, hace que éste pueda verse virtualmente en un escenario, al menos por un momento, en el que le gustaría estar. Desde luego como promoción de un destino, es algo que me parece inmejorable, pero como toda innovación, evolución y mejora, se nos puede ir de las manos, si es que no se nos ha ido ya.

realidad virtual

Y lo digo pensando en cómo funciona el cerebro humano, y en la necesidad de nuevas experiencias y evasión, que muchos buscan, o que muchos hemos buscados… no me excluiré. Si esta tecnología, ya se encuentra implantada y comercializada, dime qué le impide a un cliente o usuario cualquiera, pasarse dos horas de su tiempo libre, o más, con unas gafas virtuales 360º en el sofá de su casa flipando en colores. ¿Es eso realmente una experiencia?

He estado curioseando en Amazon, y la verdad es que este tipo de producto es realmente accesible. Independientemente de las valoraciones de los usuarios, puedes encontrar gafas de realidad virtual desde 15€ hasta donde te permita el bolsillo. Debo decir, que me ha parecido hasta barato. Entonces, ¿qué me impide comprarme unas gafas virtuales y empezar a consumir contenidos? Absolutamente nada ni nadie, porque está al alcance diré de cualquiera. La cuestión es, que mientras estoy sentado en el salón de mi casa, puedo ¿experimentar? con contenidos, que van desde una película, hasta una bajada por una pista de esquí. Lo estoy viendo, lo estoy oyendo y por un momento puedo hacerle creer a mi cerebro que estoy allí, pero realmente no lo estoy. Llámame simple si quieres.

El caso es, que ya una vez en el mercado, regular un artículo, producto o servicio, es ir siempre “detrás de”. Y para mí viajar es algo insustituible, porque precisamente me da a conocer lugares nuevos, en los que no había estado nunca, tal y como son en la realidad, independientemente de lo que antes haya podido consultar, antes de hacer el viaje.

El riesgo que yo puedo ver a esta tecnología es que solamente ves lo que quieren que veas; porque esos contenidos están seleccionados. Hasta tal punto, que pueden ser contenidos a la carta. No solamente esto, el tema es que si puedes consumir contenidos: un juego interactivo, un stage promocional, o una película, o un callejero de Google Maps, después cuando te quites las gafas y veas, que eres el mismo o la misma de siempre, y que estás en tu habitación, dando pasos cortos y moviéndote en un espacio en el que realmente no has estado ¿de qué ha servido? Yo no veo la experiencia allí. Ponle que he estado media hora, engañando a mi cerebro.

realidad virtual

No quiere decir que como profesional, o como aficionado no lo vaya a usar nunca, pero lo que no quiero es quedarme en el sitio convertido en un tubérculo enchufado. Te pondré un ejemplo: siempre he querido ir a Japón, actualmente para mí es un sueño por cumplir. Prefiero ir allí directamente y quedarme boquiabierto en la realidad. Prefiero ser un turista Lost in translation, a conformarme con una hora de entretenimiento. Porque es entretenimiento, no es una verdadera experiencia. Para mí al menos, no lo es. ¿Qué es un avance? Es algo obvio y objetivo, pero como todos los avances, no sabremos muy bien donde nos estamos metiendo, hasta que ya estemos dentro.

La realidad virtual aplicada ¿puede hacer que las preferencias del público cambien? Me refiero a que ¿es posible que un usuario prefiera optar a un escenario virtual a disfrutar de su propia realidad? Quizás sea un pensamiento extremo, pero es algo que estoy viendo venir de lejos… y que sinceramente no me gusta. ¿Realidad a la carta? Eso se llama evasión. No pretendo ponerle barreras a la tecnología, porque es algo históricamente demostrado con todos los avances, que es inútil, porque si puede hacerse, fabricarse y comercializarse, en efecto se hará, independientemente de que haya público a favor o en contra. El invento ya está circulando. Lo que no voy a aceptar es que en un determinado momento futuro, un futuro tan próximo que roza el presente, me digan o me vendan “una experiencia virtual Japón” como sucedáneo de un viaje real.

Miguel Lázaro Un ingeniero agrónomo cualquiera, que se perdió entre el mundo de los viajes y el de los datos. Bloguero políticamente incorrecto en personalidadyrelaciones.com desde 2007, y actualmente responsable del área CRM – Loyalty en Halcón Viajes
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