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EliteBook es la nueva herramienta hotelera para valorar a los huéspedes. Lo clásico es que sean éstos quienes, terminada su estancia, dejen un comentario sobre el establecimiento, bien positivo, bien negativo, informando así a los que vendrán detrás. Eso dejaba a los hoteleros en una situación de indefensión, dado que ellos no podían hacer lo mismo respecto a sus huéspedes; y hay que reconocer que, a veces, éstos no son precisamente modélicos: anulaciones, salidas antes de tiempo, robos, destrozos, críticas destructivas o desmesuradas en medios de Internet, chantajes, ocupación del establecimiento con más personas de las declaradas, etc. Ahora es posible que el hotel sepa de antemano cómo es el perfil del cliente que realiza la reserva. En cierto modo, por usar una metáfora policial, puede consultar sus antecedentes y saber si causó daños materiales, si era ruidoso, etc. Porque este tipo de cliente suele reincidir. Y es que, de un tiempo a esta parte, han empezado a surgir sitios web que permiten a los hoteleros afrontar esas reservas informándose previamente sobre quién va a admitir en sus instalaciones. Esta tendencia nació, como no, en el mundo anglosajón, de la mano de páginas como Guestchecker (EEUU) y Guestcan (Reino Unido). Pero ya lo tenemos también en Europa, donde empieza a abrirse paso en Ámsterdam (Holanda) e incluso aquí, en España. Como decíamos al principio, se llama EliteBook y funciona exclusivamente con los establecimientos se registren en ese portal. ¿Cómo? Con la posibilidad de consultar las opiniones y valoraciones sobre el cliente subidas por otros hoteles de esa comunidad a la base de datos on line. La gerencia de EliteBook no quiere hablar de una lista negra sino de herramienta para evitar clientes conflictivos. De hecho, ya se ha confirmado la legalidad del asunto en materia de protección de datos, tal como auditaron agentes especializados. Es más, el cliente debe aceptar voluntariamente ser incluido en un fichero al registrarse. La cosa es tan simple como inscribirse, elegir un plan de suscripción, rellenar los datos del establecimiento y elegir el método de pago. A partir de ahí, los hoteles ya pueden consultar las valoraciones de sus colegas sobre la clientela, establecida mediante un clásico sistema de iconos con caras (sonriente, indiferente, enfadada...) y acompañada de datos sobre su comportamiento durante la estancia. Quizá así se consiga lo que la educación, el respeto y las normas básicas de convivencia no siempre logran.
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