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La privilegiada población disfruta de los placeres que le brinda el Atlántico

Essaouira es una ciudad atlántica de espíritu mediterráneo. El blanco y azul  de sus casas combina con el mar y su brisa fresca se debe a los vientos alíseos. Situada al norte del Cabo Sim, la antigua Modgadur es una bella ciudad portuaria marroquí que se ha ganado apodos tales como “La perla del Atlántico”. 

[caption id="attachment_3226" align="aligncenter" width="496"]Essaouira Essaouira. Foto: Flickr/ jonl1973[/caption]

La historia de Essaouira está ligada a varias civilizaciones. Asentamiento de fenicios, cartagineses, bereberes, portugueses y franceses, el verdadero trazado de la medina fue ordenado por Sidi Mohamed Ben Abdallah en el siglo XVIII. Hoy es Patrimonio de la Humanidad. La Sqala del Puerto y la de la Villa (puertas de entrada), ambas con vistas al mar, tienen colecciones de cañones de varios siglos. Los templos religiosos de Essaouira, como cuidad mestiza que es, no se reducen a mezquitas: también hay sinagogas e iglesias. Las murallas son otras de sus construcciones más destacadas y sus plazas se llenan de vida con sus comerciantes y artesanos. En la de Mulay El Hassam es aconsejable sentarse en alguna terraza a tomar algo.

Otro gran placer que se puede disfrutar en Essaouira, como ciudad portuaria, es el pescado y el marisco. A precios muy bajos, es posible comerlo muy fresco en puestos de la calle. Pero no es lo único bueno del mar en esta bella localidad de Marruecos. Su playa, de unos 10 kilómetros, es una delicia y un destino habitual para quienes practican deportes de viento como surf, windsurf y kitesurf. Hay varias escuelas en las que hacer cursos todo el año. A unos 25 kilómetros al sur está la playa de Kidi Kaouki, la favorita sin duda.

Cada año, Essaouira es el escenario de uno de los festivales de música más importantes de Marruecos, el Gnawa que desde 1998 atrae a artísticas y público de todo el globo. Pero su clima moderado, la hospitalidad de sus gentes y su paisaje ya atrajo antaño a otros iconos de la cultura: pintores, escritores, cineastas y músicos eligieron Essaouira como lugar de retiro e inspiración, entre ellos Jimi Hendrix o Cat Stevens, y se rodaron películas como Otelo, de Orson Welles.

C. González

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