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Macabra prisión, historia y grandes atardeceres

Caminando por las orillas del río Escalda, en la ciudad de Amberes, descubrimos un lugar que cuenta buena parte de la historia de la ciudad. No sólo por ser el edificio más antiguo de la cuna de los diamantes.

[caption id="attachment_18862" align="alignright" width="311"]Amberes Halconviajes.com La estatua del gigante, a la entrada del castillo. Flickr/antwerpenR[/caption]

El Castillo de Het Steen fue construido por en el siglo XIII y restaurado por Carlos V en 1520. Tenía la función de fortaleza, suponía una entrada clave a la ciudad teniendo en cuenta el esplendor mercantil en Europa de esta ciudad, y que contaba con el puerto comercial más importante del continente en la Edad Media.

El castillo fue hasta 1827 una prisión en la que esperaban su muerte reos pobres, en el ala este del castillo, y ricos, en el ala este del mismo. Aunque el fin era el mismo para todos: serían quemados vivos o sufrirían la amputación de manos y cabeza.

También fue Carlos V el que rebautizó la construcción que si antes era conocida como el Castillo de Amberes, pasó a ser El Castillo de Piedra o Het Steen (La piedra) en neerlandés. Hasta hace unos años, se podía visitar en su interior el Museo Nacional de la Marina, cuya historia está muy ligada a la de la ciudad como puerto comercial de gran importancia.

Hoy en día puedes visitar el castillo de forma gratuita y el museo de arqueología, que está allí desde el siglo XIX, además de una sala homenaje a los canadienses que lucharon en la Segunda Guerra Mundial.

Lo primero que te sorprenderá al llegar son las estatuas del exterior. La del gigante Lange Wapper, que tenía aterrorizados a los habitantes de Amberes y a los barcos que navegaban por el Escalda, hasta que un día le cortaron la mano y lo echaron al río. Una vez que llegues a la puerta te sorprenderá una estatua con forma fálica. Se trata de un reconocimiento al dios Semini, de la fertilidad y la juventud. La leyenda cuenta que los mortales iban a pedirle hijos, y por ello se les llama “hijos de Semini” a los habitantes de Amberes.

No te olvides de pasar por allí en un atardecer, el momento más espectacular para verlo a la orilla del río.

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