El epicentro de la cultura antigua y el actual proyecto de la UNESCO

Libros y viajes son dos cosas con las que más se aprende. Hoy, Día del Libro, aunamos ambas y nos vamos hasta una de las ciudades más influyentes de todos los tiempos para la cultura: Alejandría.

Al oír el nombre de esta ciudad egipcia, nos viene a la cabeza, inevitablemente, la palabra biblioteca. Y no es para menos porque más de 1600 años después, el mito de lo que supuso este gran archivo para la humanidad todavía inspira curiosidad. La importante ubicación de la ciudad de Alejandría, entre Asia, Europa y África, supuso que a ella llegaran documentos de vital importancia, que serían pasto de las llamas del incendio que devastó la ciudad en fechas que los historiadores sitúan entre los siglos III y IV.

La biblioteca de la ciudad fundada por Alejandro Magno, además de la más grande del planeta, no era tan sólo una muestra del poder y la influencia cultural de la ciudad, epicentro de la misma en el mundo. Albergaba la universidad más importante en la que se formaron grandes pensadores como Ptolomeo o Arquímedes y fue el escenario de la famosa Escuela de Alejandría, por lo que se puede decir que era el centro del saber universal.

Nada menos que 16 siglos después de su desaparición, la UNESCO promovió la Reconstrucción de la Biblioteca de Alejandría que se finalizó en el año 2002. Se trata de un espacio público para la educación e investigación de cultura y ciencia.

Pero más allá de su biblioteca, merece la pena descubrir los tesoros antiguos de la ciudad del Delta del Nilo, como el Faro (una de las 7 maravillas del mundo, que se divisaba a 50 km de la costa) o la columna de Pompeyo. La actual Mezquita de Abu al-Abbas al-Mursi o el Museo Grecorromano, una delicia para los amantes de la historia son igualmente recomendables. Alejandría es  la segunda ciudad más grande de Egipto, aunque en su fundación pertenecía a Grecia, y es el principal puerto del país, comercial y turísticamente hablando.