Hoy vamos a echar un vistazo a otro de los servicios que empiezan a generalizarse en las terminales para mejorar la comodidad de los pasajeros: los espacios para reposar. Y lo vamos a hacer fijándonos en lasNapcabs, las cabinas de descanso del aeropuerto de Munich.
Si viajas a esa ciudad alemana o desde allí a otro destino, agradecerás la posibilidad de tomarte un descanso en una zona privada; especialmente si tu paso por el complejo es a horas nocturnas porque las Napcabs no sólo te ofrecerán aislamiento a un precio asequible sino que incluso te permitirán dormir.
Imagínate que llegas a Munich a altas horas y no te apetece salir en busca de hotel. O bien debes tomar una conexión para la que faltan aún largas horas, y tú con el sueño a cuestas. Pues puedes echar una cabezadita en una de esas cabinas por una tarifa que se sitúa entre diez y quince euros la hora, de 10:00 a 6:00 y viceversa, respectivamente.
No sólo eso. Si no quieres dormir o simplemente es de día pero quieres tener un rato de entretenimiento en privado, también puedes elegir una Napcab para ver una película o vídeoclips, así como trabajar con tu portátil, ya que hay conexión a Internet.
Las Napcabs del gigantesco aeropuerto muniqués se pueden encontrar en la Terminal 2, en las plantas cuatro y cinco, cerca de las puertas de embarque G06 y H32. Son cabinas individuales de cuatro metros cuadrados en cuyo interior encontrarás una cama de 200 x 80 más una mesa de trabajo de 65 x 50.
Asimismo, cuentan con una pantalla multimedia de 19 pulgadas en varios idiomas, donde se facilita información sobre salidas y llegadas del aeropuerto. Para el trabajo, conexiones a MP3, iPhone, iPod y puerto USB. Y no falta un reloj con alarma para que el cansancio no te haga perder tu vuelo.
Por último, cada cabina dispone de aire acondicionada, perchero para la ropa y luz regulable. La privacidad es total porque los cristales de la puerta y la ventana permiten ver el exterior pero resultan opacos desde fuera.
Para usar una Napcab se paga con tarjeta de crédito en un cajero automático junto a la puerta. El depósito es de ciento veinte euros que da derecho a un máximo de doce horas, pero al final se paga el tiempo utilizado, al minuto. Debe hacerse, eso sí, un gasto mínimo de treinta euros.
Así pues, una interesante alternativa a las salas VIP y, sobre todo, a pernoctar en el duro suelo del aeropuerto o sus incómodos asientos. Y no te preocupes por las condiciones, ya que un equipo limpia la cabina -cambio de sábanas incluido- nada más dejarla el cliente.