Es un país al que se viaja buscando cosas muy distintas según el perfil del viajero. ¿Qué buscabais de este destino?
Nuestra primera intención era la de cruzar el charco y estar en un país que no tuviera nada que ver con lo que estamos acostumbrados a ver cuando uno viaja por Europa. Y digo “nuestra” porque fue un viaje que planeamos seis amigos y claro, era más complicado ponerse de acuerdo en fechas y destino; de hecho, en un principio pensamos Costa Rica, pero después quisimos aprovechar para conocer cómo es la situación real del país y por ello nos inclinamos por Cuba.
[caption id="attachment_22179" align="aligncenter" width="470"] Ana Pizarro en Valle de Viñales[/caption]¿Qué es lo que más te sorprendió del país, que chocara con las ideas preconcebidas que llevabais del destino?
Siempre tienes una idea preconcebida del destino y Cuba superó nuestras expectativas con creces. Nos encantó la forma de ser de los cubanos, su alegría, su música, la manera en que te paran en cualquier momento para hablar contigo, si lo resumiera en una frase que utilizan ellos: “vamos a pasarla bien”.
Sin duda, lo que más nos gustó fue La Habana, ya que parece que has retrocedido a los años 50, y se nota lo poco que ha evolucionado la ciudad. Ver los antiguos palacetes de El Vedado, por ejemplo, algunos a punto de caerse hace que te plantees muchas cosas de la situación que están viviendo, de hecho, te das cuenta de que somos unos privilegiados.
[caption id="attachment_22184" align="aligncenter" width="470"] Callejón de Hamel, en La Habana Foto: Ana Pizarro[/caption]Un momento que congelaríais de este viaje
Son muchísimos los buenos momentos de ese viaje, pero si tuviera que quedarme con uno es con el recuerdo de pasear por La Habana vieja, con la música cubana en directo sonando desde los restaurantes donde por supuesto te invitaban a entrar, e ir apreciando ese ambiente cálido de cercanía de los cubanos, ese bullicio, en definitiva, sentir el “son cubano”. Recuerdo recorrer la calle Obispo (una de las principales y donde más vidilla hay) con la música marcando el paso y llegar hasta la Plaza de Armas, donde había un mercado de libros y revistas antiguas. ¡Una delicia!
Allí encontré uno de mis souvenirs cubanos una revista de moda de los años 40, en perfecto estado y que además describía el modo de vida de entonces.
Además, en esa plaza, disfrutamos de una langosta; cocinada al estilo cubano, en la azotea del hotel Santa Isabel con vistas a la Bahía, una pasada.
[caption id="attachment_22190" align="aligncenter" width="470"] La Habana. Foto: Ana Pizarro[/caption]Con qué actitud recomiendas acercarte a la realidad cubana
Lo primero que te dice la gente es que tengas cuidado allí porque intentan jugártela siempre que puedan. Yo desde luego no lo viví así, ya que todas las personas que conocimos allí se volcaban para hacerte pasar un buen rato. En La Habana es imposible estar en un sitio y que no te vengan a hablar. Es un pueblo alegre y muy vivo, a mí desde luego que su forma de ser me cautiva.
En cuanto a la situación política...no les falta de nada, porque lo básico como es la educación, la sanidad o la vivienda la tienen, ¿pero a qué precio? Sólo espero que llegue pronto el día en que las cosas cambien, y se abran las fronteras. Cuba necesita otra revolución para su desarrollo social, político y económico.
Las playas de la mayor de las Antillas son más conocidas, pero ¿Qué hay del interior?
Nosotros estuvimos en Varadero unos días y fue espectacular. Además hicimos una excursión en barco que nos llevó hasta Cayo Blanco (es un poco “guiri” pero merece la pena hacerla para conocer esas playas de postal.
[caption id="attachment_22173" align="aligncenter" width="470"] Cayo Blanco. Foto: Ana Pizarro[/caption]Pero Cuba es mucho más que playas caribeñas. Su vegetación está muy conservada y merece la pena visitar la parte interior de la isla. Nosotros en concreto fuimos al Valle de Viñales. Parece que estás como si estuvieras en la película de Parque Jurásico. Además estuvimos dentro de una cabaña donde se secaba el tabaco y ver todo el proceso que se lleva a cabo para la fabricación de habanos.
[caption id="attachment_22174" align="aligncenter" width="470"] Valle de Viñales. Foto: Ana Pizarro[/caption]Tres lugares que no puede perderse quien llegue a esta isla
La Habana: porque es una delicia pasear por sus calles y sentir ese sabor cubano auténtico. Si estáis allí un domingo, no os perdáis las actuaciones en directo que hacen grupos afrocubanos a las 12 de la mañana en el callejón de Hamel, ¡todo un espectáculo!
Algun cayo: Una escapada para tener la sensación de estar en una isla desierta. Nosotros cogimos un catamarán que nos llevó a hacer snorkel en alta mar y a bañarnos con los delfines, ¡son tan ricos que os costará saliros del agua!
El valle de Viñales: Porque merece la pena ver toda la naturaleza de la isla y su interior y ver como es la vida de campo en Cuba, y ni que decir tiene si os llevan a alguna plantación de tabaco, resulta muy curioso.
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