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Las ruinas de Hierápolis coronan un curioso terreno blanco

Hace más de dos mil años, la ciudad helénica de Hierápolis, fundada por el Eumenes II de Pérgamo, cubría la cima de Pamukkale, un lugar de Turquía que ha fascinado a personajes históricos como Vitrubio y que aún hoy es uno de los lugares más visitados del país.

[caption id="attachment_16582" align="aligncenter" width="522"]Halconviajes Turquía Piscinas naturales en Pamukkale, Turquía. Foto: Flickr/margory.june[/caption]

Pamukkale, que significa Castillo de Algodón, es un conjunto de piscinas naturales en forma de terraza o bancal que debe su característico color blanco a la calcita y al travertino. Se encuentran cerca de la ciudad de Denizli, al suroeste de Turquía, en la cuenca del río Menderes. Estas fuentes termales, de las que emanan 250 litros de agua por segundo se originaron hace millones de años con los movimientos tectónicos causados por terremotos. Aunque hoy en día no está permitido bañarse, aunque hay que descalzarse para visitarlas, es posible sumergirse de cuerpo entero en aguas termales en la misma área. En la base de las piscinas se pueden observar curiosas formaciones como estalactitas, fruto de la riqueza mineral.

Pamukkale, junto con las ruinas de Hierápolis está considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1988. Desafortunadamente, la construcción de hoteles antaño sobre esta ciudad destruyó buena parte de los restos. Pero hoy en día se puede visitar en la ciudad varios vestigios de la civilización griega que ocupaba el territorio perteneciente hoy a Turquía. El Teatro o el Templo a Apolo son los principales, junto con los baños romanos, de construcción posterior.

Desde la antigüedad, a estas aguas les fueron atribuidas propiedades curativas ligadas a los favores de los dioses aunque también propiedades malignas provocadas por los mismos. Ejemplo de ello es la conocida como Cueva de Plutón, que debido a filtraciones de dióxido de Carbono, causó varios fallecimientos que los mortales creían consecuencia de la furia del dios del inframundo.

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