Compartir:
blogshalcon-vacaciones-estambul Damos por hecho que durante vuestras vacaciones en Estambul haréis un crucero por el Bósforo, pasearéis por los alrededores de Istiklal Cadessi y la plaza Taksim, y os perderéis durante horas en el Gran Bazar. Pero, ¿qué hay de las visitas? En una ciudad con tantas cosas por ver es difícil elegir, especialmente si no se disponen de muchos días de viaje. Pase lo que pase, no te pierdas estas cinco visitas imprescindibles de Estambul; a partir de ahí, la ciudad está esperando a que tú mismo la descubras.

Santa Sofía

Construida entre los años 532 y 537, esta iglesia convertida después en mezquita y finalmente en museo (1935) es una obra maestra del arte bizantino y el monumento más emblemático de la ciudad. Si el exterior con su enorme cúpula y cuatro minaretes no os resulta suficientemente sugerente, esperar a ver su interior: las dimensiones de su sala principal, la robustez de sus columnas y el exquisito trabajo de sus mosaicos os dejará sin palabras.

Mezquita Azul

Situada frente a Santa Sofía, se trata de la única mezquita de la ciudad con seis minaretes. Su diseño mezcla elementos bizantinos con la arquitectua islámica tradicional y su interior está revestido por más 20.000 azules de cerámica hechos a mano.

Palacio de Topkapi

Si queréis conocer cómo vivían los antiguos sultanes en la época del Imperio Otomano, no os perdáis la visita a este palacio que, abarcando una superficie de 700.000 metros cuadrados os ocupará al menos medio día completo. Entre sus múltiples edificios destaca el Tesoro, absolutamente fascinante, y el Harén, donde según se dice llegaron a vivir hasta 800 mujeres.

Torre Gálata

Imposible que os pase desapercibida, esta torre construida inicialmente como faro y una de las más antiguas del mundo no destaca por su altura (de apenas 61 metros) sino por las fabulosas vistas de la ciudad que desde ella se contemplan. Por la noche, en el restaurante de su planta superior podréis disfrutar de una cena acompañada de  espectáculo.

Cisterna Basílica

Esta cisterna, una de las muchas que se construyeron para abastecer de agua a la ciudad en caso de asalto, es un verdadero “palacio sumergido” donde es una delicia pasear, protegido del calor exterior, entre hermosas columnas traídas de antiguos monumentos, iluminadas con luces tenues y una agradable música ambiental. Uno de los lugares más mágicos y especiales de la inabarcable Estambul.
Anterior Cómo suscribirte al feed RSS de nuestro blog
Siguiente El Low Cost Festival cierra su cartel con la incorporación de Portishead

Categorías

Artículos relacionados