Os contábamos hace unos días que nos hemos puesto manos a la obra a llenar nuestros aviones con especiales halcones viajeros que nos van a mostrar el lado menos explorado de cada destino, además de cumplir algunos retos. Vanessa Cano, autora del blog de moda In Front Row Style, viajó a República Dominicana, y nos ha enviado este bonito texto sobre su experiencia que queríamos compartir con vosotros.

Decía Martin Buber que todos los viajes tienen destinos secretos sobre los que el viajero nada sabe… Así es República Dominicana un país que sorprende no sólo por su belleza, sino por el corazón de sus gentes, ese destino del que uno jamás se olvida; porque los viajes son lugares y son instantes, pero por encima de todo, son emociones. Se dice que de los viajes siempre recordarás cómo te sentiste y cómo te hicieron sentir. De mi viaje a República Dominicana, me llevo nombres de lugares como Puerto Plata, Santo Domingo, Punta Cana, Bayahibe, Isla Saona, Playa Macao, Calle del Conde… Pero también, esos nombres propios que no aparecían en el itinerario y que tanto me han dado estos días: José, Pura, Eduard, Wallix, Ada, Sandy, Rafa… Cada uno de ellos con su sonrisa caribeña y su mochila de soluciones, con su amabilidad, con su sabiduría y con esa entrega única que les hace los mejores embajadores de su tierra. Para siempre me llevo el color de sus calles, la paz de sus playas, el tacto de las inmensas hojas tropicales, el sol caribeño, el sonido del merengue, las clases improvisadas de bachata, las miradas de los niños, la amabilidad de su gente, el acento dominicano, el sabor del mangú, de la yuca, del sancocho, de la Mamajuna y de su bandera. Descubrir la cultura y la historia de República Dominicana, conociendo su pasado - nuestro pasado – te cambia la forma de ver un país, te sorprende, te atrapa, te maravilla, y sobre todo, te transforma y te cambia para siempre. Es imposible no volver.