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Una de las más bellas islas del Egeo, en la costa turca

Cuando se habla de las Islas Griegas es inevitable imaginar el mar Egeo de fondo bajo unos acantilados en los que cuelgan casas blancas con redondas cúpulas. Y es que esta evocadora imagen de Santorini que da la vuelta al mundo es tan sólo una maravillosa instantánea de las muchas que se pueden tomar en estas islas del Peloponeso.

[caption id="attachment_14901" align="aligncenter" width="522"]Islas Griegas Halconviajes.com Samos (Grecia) Foto: Flickr/ Najots[/caption]

Una de las que mejor conserva esa esencia mediterránea es la isla de Samos. Pueblos blancos de pescadores y puertos que rodean una generosa naturaleza semimontañosa que acaba en playas de aguas turquesas. En este entorno es posible encontrar calas con acantilados y playas de arena en llanuras.

De un tamaño importante comparado con las demás islas griegas y al este del mar Egeo, Samos cuenta una larga historia: la de la civilización griega a través de sus vestigios arqueológicos: cerámica prehistórica, esculturas de bronce, terracota, utensilios de madera… Especialmente en el Museo Arqueológico de la capital, del mismo nombre de la isla o en importantes construcciones como las murallas o el monasterio de la ciudad de Pithagorio, de obligada visita si estás en la isla.

El templo a Hera, en la localidad de Hereo, lugar de origen según la mitología de la diosa, que se casó con Zeus es el más destacado de los santuarios antiguos en Samos. Los monasterios del pueblo de Carlovasi merecen una visita, así como el propio pueblo tradicional pesquero.

Las visitas se pueden combinar con una mañana o tarde de playa. Lo ideal es descubrirlas a bordo de un pequeño bote para elegir entre las calas de sus costas o llegar a otros pequeños y cercanos islotes como San Nicolás. La playa de Tsambou, al norte de Samos es accesible y recomendable, mientras que la de  Lemonaki, es imperdonable.

Al caer la tarde, Samos es perfecta para disfrutar de las terrazas de bares y restaurantes de la isla: la mejor cocina mediterránea y un anochecer junto al mar contemplando la puesta de sol.

Se puede llegar a Samos en avión desde Atenas y Kos, o en Ferry desde otras Islas Griegas o desde la costa egea de Turquía, de la que se encuentra a pocos kilómetros.

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