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El Caribe es un sitio que permite a sus visitantes estar en permanente contacto con la naturaleza. Sorprendiendo a cada paso con diferentes atractivos. Pues en República Dominicana, sus aguas cristalinas ofrecen un obsequio muy particular: el avistamiento de cetáceos. Claro, es que al noreste del país, en la Península de Samaná se encuentra el Santuario de las Ballenas Jorobadas de la Bahía de Samaná. Una joya que, entre diciembre y abril, recibe a miles de animales de esta especie que eligen este destino para reproducirse. Así, los especialistas indican que, para poder apreciar a estas ballenas, la mejor época es entre enero y marzo, cuando la mayor cantidad de ellos ya se encuentran en estas aguas cálidas ofreciendo un espectáculo único. Provenientes del Atlántico Norte, los cetáceos viajan hasta República Dominicana y es allí donde comienzan el “ritual de seducción” en el que los machos dan saltos y entonan largas y monótonas canciones que sólo pueden escucharse bajo el agua. De alrededor de 15 metros de largo y 40 toneladas de peso, estos animales llegan hasta aquí para aparearse y reproducirse, siendo esta una excelente oportunidad para que los turistas que se hayan acercado a este destino del Caribe puedan apreciarlos. Para ello, existen diferentes tours que se ofrecen en los hoteles. Los mismos constan de un paseo en embarcaciones de tamaño medio por alrededor de 45 minutos, hasta llegar al área protegida. Al arribar a esa zona, se buscará a los animales y el barco se acercará lentamente procurando no molestarlos. Oportunidad única de disfrutarlos, apreciarlos y fotografiarlos. Oportunidad única que se puede vivir en República Dominicana.
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