Compartir:
Mito síndrome postvacacional Para muchos, el final de las vacaciones es poco más que el Apocalipsis en su estado de ánimo. Estoy seguro de que más de una vez te has enfrentado a un domingo tarde-noche, entrando en casa hecho polvo y tirando las maletas sobre la cama. Porque claro, acabas de llegar y al día siguiente toca “lo de siempre”. De hecho, los domingos por la noche, pueden ser especialmente horribles, sin necesidad de que hayas vuelto de un viaje largo, o de una escapada ocasional. Implica cambiar el chip, o prepararse para la rutina. Puedes apurarlo todo lo que quieras, pero sabes, que al día siguiente hay que ir de nuevo a currar. De todas formas, conforme más largo es el periodo que puedes disfrutar de vacaciones, parece que es más difícil y más cuesta arriba se vuelve la vuelta. No te lo creerás, pero realmente tanto lo bueno, que implica disfrutar de tu tiempo libre, como “lo malo” que significa, el volver a pegarte el madrugón y poner un pie en el suelo sabiendo que te queda una semana entera (y después otra, y otra, y otra…), solamente son sensaciones que nosotros mismos nos inventamos en nuestra cabecita, después de haberle dado una orden a nuestro cerebro, de cómo debemos sentirnos. Parece que la depresión postvacacional, es algo que pueda medirse, pesarse y cortarse con un cuchillo, ¿verdad? Sobre todo, cuando nos toca volver el primer día, pero no es más que el producto de una orden previamente dada, que termina por asumir nuestro cuerpo y antes, nuestro ánimo, porque nos la hemos creído previamente. Es tan fácil de caer en este desánimo, como en lo contrario… pero fíjate tú por donde, nos cuesta siempre menos caer en el lado oscuro de la fuerza, que en el bueno: que se lo digan a Darth Vader, que lleva toda su vida instalado, y ahí sigue. Pero esto, ¿por qué es así? Recuerda, porque al revés también pasa: nada como que te confirmen las vacaciones: es como quitarse un peso de encima. Aunque todavía te queden un par de meses o semanas para irte, pone a tu cerebro a trabajar de otra manera. Nunca sabes cómo saldrán, pero en tu mente tienes ya una predisposición diferente, acerca de cómo vas a abordar el día a día, a partir del momento en que ya tienes fecha programada de descanso, gozo y disfrute. De pronto un optimismo te invade, a lo mejor te queda un mes todavía para irte; pero esa misma sensación, al igual que la contraria de síndrome postvacacional, te la acabas de inventar. Ahí está el tema: todo está en tu mente, es una programación que nosotros mismos ordenamos a nuestro cerebro, para funcionar de una forma diferente. Porque si en vistas de irnos de vacaciones, ya tenemos un objetivo por cumplir y somos capaces de abordarlo de una forma positiva, podríamos funcionar exactamente igual no solo a la vuelta, sino en cualquier situación. Sin olvidar que el desgaste, hace que necesitemos premiarnos de vez en cuando, la pastilla roja que se toma Neo para salir de Matrix no es más, que una metáfora que significa una opción. En nuestras manos está y estará, decidir cómo nos vamos a sentir a la vuelta, o en nuestro día a día, porque ser optimista y positivo, es una opción que tomamos voluntariamente, y que dispone a nuestro cerebro a pensar y después, a actuar de una determinada forma. La que nosotros mismos le decimos, no un calendario, no una fecha de salida.   Miguel Lázaro  Un ingeniero agrónomo cualquiera, que se perdió entre el mundo de los viajes y el de los datos. Bloguero políticamente incorrecto en personalidadyrelaciones.com desde 2007, y actualmente responsable del área CRM – Loyalty en Halcón Viajes
Anterior Vida nocturna en Benalmádena
Siguiente Destinos para regalar a tus padres este otoño

Categorías

Artículos relacionados