¿Qué te parece pasar tus vacaciones de otoño alquilando un barco fluvial? No nos referimos a un crucero en el sentido clásico de la palabra, es decir, en una embarcación compartiendo viaje con pasajeros, sino a alquilar una lancha y navegar por algún río europeo en petit commité, con tu familia o un grupo de amigos.
Alquilar un barco fluvial
Es una forma diferente de conocer el continente, moviéndote por los ríos que bañan las distintas ciudades, lo que te abre una perspectiva distinta y proporciona una experiencia poco común, muy original, con la que sentirás una especial sensación de libertad.
Francia, Alemania, Irlanda, Países Bajos, Italia o
Polonia. Sitios que siempre tienes en tu agenda de destinos y para cuya visita te ves limitado por el precio, tanto del traslado como de la estancia misma. Pero viajando y pernoctando en un barco el coste se reduce y los trámites se simplifican.
Y es que dormir a bordo resulta más barato que un hotel y no dependes de nadie. De hecho, para este tipo de naves ni siquiera hace falta licencia y si no quieres un patrón, es decir, si prefieres guiarla tú mismo, te bastará con las nociones básicas que te darán antes de coger el timón. Es tan fácil que al poco ya podrás zarpar y, de todas maneras, contarás con asistencia técnica todos los días.
Lo único que debe preocuparte es decidir qué barco elegir, ya que hay más de cuatrocientos disponibles repartidos por un puñado de destinos. El
equipamiento con que cuentan es bastante completo: salón, cuarto de baño con ducha, agua caliente, camarotes, zonas exteriores y cocina, además de calefacción.
Asimismo, el
alquiler en los barcos fluviales incluye un amplio abanico de servicios, tales como el menaje del barco (toallas, sábanas, vajilla, etc.), la tarifa de crucero que solicitan las autoridades de cada país y el seguro del barco, entre otros.
En efecto, los barcos están asegurados y ello va incluido en el precio. Hablando de precios, en temporada baja la media es de unos veinte euros por persona y día
, que pasan a ser treinta en temporada media y treinta y ocho en la alta. Por tanto, calcula cuánto pagarías según los días de que dispongas para esas
vacaciones; una semana, por ejemplo, podría salirte por menos de doscientos euros.
Luego depende del tamaño que prefieras o necesites. Hay embarcaciones de dos plazas si lo que quieres es viajar sólo con tu pareja, pero también las tienes de doce plazas si sois familia numerosa o vas acompañado de más personas. Cada caso tiene su solución.
¿Qué más se puede decir? Simplemente que sólo faltaría decidir el itinerario y ahí tú tienes mucho que decir porque, si lo deseas, se te puede hacer una ruta personalizada. ¿Venecia, Holanda, Berlín...? Recuerda que el río sólo es el principio y puedes completar las visitas con otras actividades, tales como montar en bicicleta, pescar o bucear.