¡Hola, Honningsvag!

Ubicado muy cerca del puerto, frente al mar, se encuentra un rincón de lo más especial, el curioso Artico Ice Bar. Se trata de un mágico bar hecho con bloques de hielo de 800 kilogramos obtenidos en lagos de Laponia. Las mesas, las barras, las sillas, los vasos… todo está hecho de hielo en este encantador lugar. Asimismo, también hay una coqueta tienda navideña de madera con recuerdos, peluches, libros, decoraciones, accesorios…

La coqueta y acogedora iglesia de Honningsvag es una iglesia parroquial de madera blanca y posee un estilo neogótico. Fue construida el año 1885 y se trata de una de las pocas iglesias del condado de Finnmark que no fue destruida y sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial y la retirada de las tropas nazis alemanas. De hecho, durante la reconstrucción del pueblo, la población se refugió en la iglesia. Por otra parte, cabe destacar junto a la iglesia se encuentra el cementerio de la localidad.

Honningsvag es conocida por ser la puerta de entrada al punto más septentrional de Europa, el cabo Norte. A excepción del archipiélago Svalbard, no hay tierra firme entre este punto del norte de Noruega y el polo norte. Se trata de un punto situado a más de 300 metros de altura sobre el nivel del mar y que termina en forma de imponentes acantilados. Un escenario ideal para exploradores y aventureros. Una auténtica maravilla con impresionantes paisajes naturales. Además, entre mediados del mes de mayo y finales de julio el sol no se pone y hay luz solar las 24 horas del día.

Honningsvag es un pueblo pesquero y uno de los rincones más interesantes es su puerto. Sus casas pesqueras a orillas de un mar tranquilo y calmado brindan una postal única. Además, desde este punto de la localidad se obtienen preciosas vistas del pueblo y sus coloridas casitas de madera acompañadas por el entorno natural caracterizado por la tundra. Y es que pasear por el puerto con el increíble paisaje de fondo es una experiencia maravillosa.