El aeropuerto de Sevilla, situado a diez kilómetros al noroeste de la capital hispalense, afrontó su máxima expansión en 1992 cuando, con motivo de la Exposición Universal, se construyó un nuevo edificio terminal, se amplió la plataforma de estacionamiento de aeronaves y se ejecutó un nuevo acceso desde la carretera nacional N-IV; al sur de la pista se edificó una nueva torre de control.