Este hotel, construido en siglo XIX y restaurado en 2002, cuenta con un edificio principal de cuatro plantas y un edificio anexos también de cuatro plantas, con un total de 189 habitaciones, de ellas tres suites. Cuenta con un hall de entrada con recepción abierta las 24 horas, caja fuerte, servicio de cambio de divisa, guardarropa y ascensor. El hotel también está dotado de una cafetería, un bar, una sala de televisión, un restaurante a la carta con sillas altas para los niños y zona para no fumadores, una sala de conferencias, conexión a Internet, un sótano para bicicletas y servicio de alquiler de las mismas. Los huéspedes también podrán utilizar los servicios de habitaciones y de lavandería.
Este hotel se encuentra en Grosvenor Street, a sólo 500 metros de la ciudad y del centro turístico. En unos minutos andando podrá llegar a una parada de transporte público (unos 50 metros), restaurantes y bares (unos 100 metros), la estación de trenes (unos 300 metros), numerosos comercios y discotecas (un kilómetro aproximadamente). El mar se halla a unos nueve kilómetros de distancia. Princes Street y el castillo de Edimburgo están a sólo unos minutos andando. Por su parte, el aeropuerto de Edimburgo está a unos 25 minutos viajando con el transporte público.
Las confortables habitaciones disponen de baño con secador de pelo. También cuentan con teléfono de línea directa, TV vía satélite o por cable, radio, conexión a Internet, minibar, cama doble o king-size, moqueta, aire acondicionado y calefacción central.
Tanto el desayuno como el almuerzo y la cena se ofrecen en forma de bufet. A la hora de la cena y del almuerzo también podrá elegir a la carta o un menú. Asimismo, los clientes podrán encargar comida dietética y platos especiales. Más allá de esto, tendrá la posibilidad de reservar a media pensión.Se aceptan: American Express, Visa, Mastercard y Diners.
Rodeando el río Leith y muy cerca del centro de la ciudad de Edimburgo está este encantador pequeño conjunto de casas donde antiguamente se ubicaban también diversas fábricas que aprovechaban la corriente del río para conseguir energía gracias a diversos molinos de agua. Actualmente es una de las zonas residenciales más caras y solicitadas de la ciudad.