Esta finca dispone de un jardín, una terraza y un total de 12 habitaciones. Todo el hotel tiene un sabor exquisitamente morisco. Suelos de barro y paredes arrugadas, como las de viejas casas de la villa de Alcóncar. El establecimiento es una fiel imagen de los cortijos de la década de los cuarenta, pero adaptado a las mejores comodidades de hoy. Es ideal para los huéspedes que quieran pasar unas vacaciones rodeados de naturaleza. La finca consta de aire acondicionado, caja fuerte, cafetería y un restaurante climatizado con tronas. También dispone de un sótano para guardar bicicletas, servicio de alquiler de las mismas y un aparcamiento, así como servicio de habitaciones.
La finca se encuentra en un pequeño oasis, en el corazón del Condado de Frigiliana, con vistas a la villa Frigiliana, al parque natural de Sierras de Alhama y a las parcelas que se van escalonando hasta llegar a un arroyo que desemboca en río Seco. El arbolado tropical y el mar Mediterráneo conforman el paisaje de fondo. El centro de la ciudad, con tiendas, comercios, bares y discotecas, está a unos 15 minutos andando. La estación de autobuses y otros medios de transporte público se encuentran a 20 minutos andando. Tanto la zona turística como la playa están a 20 minutos. El aeropuerto de Málaga se encuentra a 50 km.
En la decoración de las habitaciones destaca el uso de materiales cálidos y propios de la zona: solerías de barro, azulejos artesanales, colores atrevidos y maderas en techos. Su mobiliario rústico y elegante las dota de un ambiente confortable y muy rural. Las habitaciones simulan pequeños cortijos y cuentan con televisión, teléfono, cuarto de baño/ducha/wc con secador de pelo, cama doble, caja fuerte de alquiler, zona de estar y chimenea. Además tienen una terraza con vistas al mar.
Todas las mañanas se ofrece desayuno en forma de bufé. Al mediodía se puede elegir un menú y la cena se puede elegir a la carta.
Se aceptan: American Express, Visa y Mastercard.