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Trigo, maíz, cebada, avena... Seguro que conoces los nombres de algunos cereales más pero si te nombramos la quinoa quizá te quedes un tanto desubicado. Y, sin embargo, es algo que lleva siglos consumiéndose y constituyendo la dieta básica de algunos pueblos; tanto que su fama ha empezado a trascender las fronteras originales y ya se cultiva en medio mundo como uno de los alimentos del futuro. quinoa

¿Qué es la quinoa?

La quinoa o quinua, es un pseudocereal nativo de los Andes y, por tanto, habitual en países andinos como Perú o Bolivia, aunque también Ecuador, Argentina, Colombia y Chile. Allí formaba parte fundamental de la gastronomía de los pueblos prehispánicos junto con las múltiples variedades de patata y lo encontrarás tanto en supermercados como en restaurantes, si haces un viaje por esa parte de Sudamérica. La razón hay que encontrarla en el contenido nutricional de la quinoa, muy equilibrado entre hidratos de carbono complejos (almidón y carente de gluten), proteínas (el doble que el resto de cereales) y grasas (con el beneficioso ácido linoleico y el omega 3), rico en aminoácidos (los ocho esenciales) como la lisina, arginina, histidina, metionina o cistina, y en minerales como hierro, calcio y fósforo. También tiene muchas vitaminas. La quinoa se utiliza asimismo en farmacopea para afecciones traumáticas leves y hemorragias, aparte otros males relacionados con la circulación de la sangre. Dicen los expertos que también se le han encontrado utilidades cosméticas y rituales, aunque éstas últimas se han ido perdiendo con el paso de los tiempos. Pero aquí nos interesa, sobre todo, por su aplicación culinaria, dado que su cultivo ha saltado a muchos países (EEUU, por ejemplo, se ha convertido en un importante productor) porque, pese a proceder de un medio tan duro como el altiplano, se adapta bastante bien a otros entornos y climas. En cualquier caso, su exportación se sitúa en decenas de miles de toneladas. La quinoa presenta un aspecto similar al cuscús, sólo que las bolitas que la forman no son de sémola de trigo, claro, sino granos que pueden cocinarse de varias formas: bien directamente, como acompañamiento de otros platos (con carne, huevos, rellenando empanadas, mezclada con leche o queso...), bien molida en forma de harina (para hacer pan, tortas y galletas), o bien fermentada para producir bebidas (cerveza, chicha). De alto contenido en fibra y bajo índice glucémico, algo idóneo para personas con estreñimiento, celíacas y/o diabéticas, la popularidad de este cereal, salido de una planta dicotiledónea que mide de uno a tres metros de altura y crece a una altitud media de dos mil quinientos metros, lo ha ha convertido en posible candidato de la FAO para solucionar el hambre mundial (por nutritivo pero también por lsu adaptabilidad al entorno). No extraña que que 2013 fuera proclamado Año Internacional de la Quinoa por la ONU. Cada vez son más las recetas que encontrarás para prepararla, no limitándose a las comidas normales sino también a postres y desayunos. Hasta la NASA la recomienda para la dieta de los astronautas en el espacio. Eso sí, recuerda que debes cocerla antes de consumirla -entre quince y veinte minutos- y que en Europa es importada, por lo que resulta más cara que en América.
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