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La cultura castreña en el noroeste de la península

Hoy viajamos en el espacio y en el tiempo a lo que fueron las primeras ciudades de la península Ibérica: Los castros (del latín castrum: fortificación militar)  hogares de los habitantes de la cultura celta, son hoy interesantes vestigios repartidos por nuestro territorio en los que admirar, retrotraerse e imaginar mucho mejor el modo de vida, la riquísima artesanía y las creencias de este interesante pueblo.

Comencemos pues con algunos rasgos que definen a esta cultura ancestral en España. Los celtas poblaron la península ibérica en los siglos VI o VII antes de Cristo y hasta el siglo, cuando los romanos, después de 2 siglos, consiguieron dominarlos. Solían establecerse en la altitud o junto al mar, barreras de defensa naturales que coinciden con espectaculares vistas de las que disfrutar en estas visitas. Además, establecían otras barreras artificiales (muros y fosos) como protección.

Vivían en casas muy distintas a las de otras culturas posteriores, que se diferencian rápidamente por su planta circular. Construidas con piedras cubiertas de adobe y con tejado de paja, solían tener una sala principal con una chimenea y un molino de grano.

Galicia celta 

[caption id="attachment_36847" align="alignright" width="391"]Halconviajes.com Galicia Castro de Baroña. Flickr/ xornalcerto[/caption]

Los primeros castros ibéricos, que coincidieron también con el abandono de la vida nómada en la Edad de Hierro, se localizan en el norte de nuestra península, entrada natural de los celtas.

Sin duda alguna, Galicia aglutina la mayor muestra arquitectónica y arqueológica celta. El Castro del Santa Tecla o Santa Tegra, en la localidad de La Guardia (Pontevedra) es quizá, el mejor yacimiento de Galicia. Se sitúa en la desembocadura del Miño, a más de 300 metros de altitud y fue poblado entre el siglo I a.C y el I d. C. En él se han encontrado multitud de objetos,  y se ha podido estudiar la distribución y costumbres desde que se descubriese en el siglo XIX.

En la provincia de La Coruña se puede visitar el Castro de Baroña, enclavado en una pequeña península a la que se llega de camino a la playa de Arealonga. Aún se conservan dos murallas defensivas y posteriores muros en su interior y como el de Santa Tecla, fue poblado entre los siglos  I a.C y I d. C.

Para terminar el recorrido por Galicia, ya en la provincia de Lugo, podemos acercarnos al Castro y Museo Arqueológico de Viladonga en Castro do Rei, a 30 km de Lugo.

Ruta de los Castros en Asturias

 El castro de Coaña está situado en la parroquia de Villacondide,  a 25 km de Luarca y es la mejor muestra de arquitectura celta en Asturias, además de uno de los asentamientos que resistió tras la conquista romana. Está dividido en tres áreas: los castros (con hasta 80 viviendas), la Acrópolis o Torreón y el recinto sacro. Se encuentra amurallada y en el recinto hay un aula didáctica que ofrece visitas guiadas.

[caption id="attachment_36848" align="aligncenter" width="627"]Halconviajes.com Asturias Castro de Chao Samartín. Wikimedia/19Tarrestnom65[/caption]

Otro castro destacable es el de Chao Samartín, en cuyo centro de Interpretación que también se ofrecen visitas guiadas. En ellas os explicarán la importancia de este asentamiento, que estuvo habitado desde el siglo IX a.C, durante la Edad de Bronce y hasta el siglo II d.C.

Ya en la parte occidental del principado, en la comarca del río Navia a 4 km de Tapia de Casariego, encontramos el Castro de El Esteiro.

Asentamientos en Castilla y León

Durante la segunda Edad del Hierro, otros pueblos herederos de los celtas poblaron la península. Uno de ellos fueron los vettones, que habitaron lo que hoy es Castilla y León y varias provincias manchegas, así como parte de Extremadura. De entre tantas muestras, nos quedamos para esta ocasión con los castros celtas de Ávila.

Destacamos el Castro de "La Mesa de Miranda" en Chamartín con su necrópolis, a 22 kilómetros al oeste de la capital de provincia, el Casto de Ulaca entre Villavisiosa y Solosancho a la misma distancia en dirección suroeste, o Las Cogotas de Cardeñosa, a tan sólo 10 km de Ávila. Todos ellos una buena opción para completar una visita a la ciudad. Limitando ya con la provincia de Cáceres y en un bello paraje natural, encontramos los Castros de El Raso, en el término de Candeleda.

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