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Admítelo: quieres escaparte.

Por favor, por favor… ¡por favor! ¡que llegue ya el día de cobrar! Al límite de la hora nona, cuando sabes que todavía te quedan por los menos tres horas de curro, y te quieres escapar ¡porque te quieres escapar! Reconócelo: el aire acondicionado de la oficina no es suficiente estímulo, nunca lo ha sido y nunca lo será. Admítelo, quieres escaparte - Halcón Viajes Ya va apretando el mes, y más que el mes, lo que te aprieta es lo que te queda en la cuenta corriente. Perdón, que lo único que tiene de corriente, es que todo el dinero que entra, sale corriendo a una velocidad pasmosa y más ahora con este calor veraniego, que hace que todo se evapore y se esfume. No te quieres ir de vacaciones, te quieres escapar (y lo sabes). Busca en Google: Me quiero escapar ¿a dónde voy? Y te vas a dar cuenta que no has sido la primera persona en pensarlo. De hecho, es una búsqueda más que frecuente. El buscador de buscadores, sabe mucho de lo que los seres humanos llevamos dentro… porque se lo confesamos a diario para que nos devuelva respuestas ¡animalitos! Espera, que por mucha búsqueda, parece que la realidad, te dicta que el horario de oficina va a terminar ganando el desafío… pero no, eso no puede ser. Nacimos para vivir y tener experiencias, y de momento irse de vacaciones, es una forma moderada y socialmente aceptada de escaparse. Bueno vale, pero escaparme ¿de qué y a dónde? ¿Te imaginas una oferta para una isla desierta donde no hubiera ni carreteras, ni cajeros, ni horarios, ni hipotecas? Si esa oferta existiera, me da a mí que en la isla habría llenazo al día siguiente. Para empezar, no sería una oferta. Sería más La Playa, como la de Leo DiCaprio, eso sí: esperemos que sin guerrilla local; ni secta destructiva acechando, bajo la imagen de una comuna hippie súper happy… que en cuanto el ser humano descubre un lugar llamémosle virgen, deja de serlo al primer pisotón. Y de golpe y porrazo, quiere ir todo el mundo. ¿Sabes por qué? Porque en efecto, cada uno a su manera y su forma de entender la vida, nos queremos escapar. Fíjate en esto, rara es la oficina o el local comercial, que en alguna de sus paredes no haya colgado un póster, un cuadro o una foto de una playa con palmeras. Menuda obviedad ¿verdad? Pues es tan obvio, tan nimio y tan habitual, que pasa absolutamente desapercibido. Tan desapercibido, que nos pone a todos, o a casi todos de acuerdo sin darnos cuenta. Cuando uno quiere escaparse puede llegar a pensar en una isla. Ahora... ¿y si ya estás en una isla? ¿dónde te escapas? ¿Nos hacemos un vuelo + hotel a TRAPPIST-1? Yo vivo en una isla, y si pudiera, me haría un vuelo + hotel a TRAPPIST-1, o mejor dicho: un lanzadera + cabina, a uno de los tres planetas que auguran tener unas condiciones similares de vida a las de la tierra, alrededor de esta estrella recientemente descubierta. Algo así como en Interstellar, pero a ser posible sin tanto cacao temporal y dimensional. No es broma, me presentaría voluntario mañana mismo si se me diera la oportunidad ¿qué digo mañana? Ahora. Hay que ver mundo, y a veces el mundo se nos queda pequeño. Ir de avanzadilla a conocer un nuevo mundo. Eso sí: hay que llegar, y no tiene pinta de ser fácil. Aun así, me gustaría saber dónde tengo que echar el CV o apuntarme para ser considerado para una misión así. Eso sí que sería escaparse, cósmicamente… ¡y además de verdad! Igual tengo que plantearme el dejar de fumar. El ser humano es nómada, o lo era, al menos eso dicen o decían. Debe quedarnos algo de nómada en vena, aunque sea poquito, a pesar de trabajar en una oficina, en un supermercado o en un bar, llevar uniforme o trabajar desde casa. ¿Y qué buscan estos nómadas de oficina en lo más profundo? La libertad de irte donde no te impongan barreras, donde nadie conozca tu historia para que puedas contarla tú en primera persona e ir construyéndola sin lastres; donde pudieras volver a empezar siempre que lo desearas. Aunque esas promesas no caben en un folleto, ni en una búsqueda en Google, las buscamos hoy… y las seguiremos buscando mañana, pasado mañana y el año que viene. Miguel Lázaro  Un ingeniero agrónomo cualquiera, que se perdió entre el mundo de los viajes y el de los datos. Bloguero políticamente incorrecto en personalidadyrelaciones.com desde 2007, y actualmente responsable del área CRM – Loyalty en Halcón Viajes
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