Otra forma de entender los viajes

Un ritmo de vida acelerado, una agenda repleta de planes de lunes a domingo, entre los que han de figurar trabajo, familia, hogar, gestiones, amigos… ¿Y cuándo desconectamos completamente? El significado de descanso elevado a la enésima potencia, se define en dos palabras:  Turismo Slow.

Esta filosofía de viaje no significa tumbarse “a la bartola” después de desplazarse a cualquier lugar. Tiene como máximo exponente un ritmo pausado, pero que sirva para profundizar en la experiencia de conocer dicho destino: descubrir los paisajes y rutas a pie, saborear los productos típicos y charlar con los autóctonos, conocer las especies de fauna y flora de cada región o las costumbres, su artesanía. Es decir, conocer, en mayúsculas, un lugar, y llevarse de vuelta a casa su verdadera esencia.

Qué diferencia este turismo del turismo más tradicional

Viajar de este modo es incompatible con la idea de ver todo lo que se pueda en el menor tiempo posible, que a veces se adueña de nosotros en los viajes. ¿Cuántas veces hemos tenido la sensación de estar en demasiados sitios, de un aeropuerto a otro y de una ciudad a otra en un corto período de tiempo?  Por eso es aconsejable delimitar un área abarcable, no muy grande.

Del mismo modo, el Slow Turism va unido al ecoturismo. Este turismo se practica en entornos rurales, donde el ritmo de vida es pausado y las preocupaciones son bien distintas a las de las ciudades. Deportes de montaña como trekking, rutas en bici, a caballo, descenso de barrancos, piragüismo, rafting, escalada y hasta espeleología, que se pueden combinar con el descanso y la tranquila vida en los pueblos de nuestra geografía, y que van unidos a una concienciación por el medio ambiente, más necesaria que nunca en nuestros días. Por ello, elegir medio de transporte que contaminen menos, forma parte de este modo de viajar y vivir.

Para practicar Turismo Slow, hay que atender a ciertas premisas, entre ellas disfrutar tanto del trayecto como del destino, estar allí al menos una semana, alojarse en lugares de ambiente familiar y acogedor en la medida de lo posible o paladear cada bocado de la gastronomía típica. Seguro que no os parecen malas ideas.

¿Dónde practicar Turismo “Slow”?

Cualquier región con Reservas y parques Naturales, áreas montañosas, vías verdes y zonas protegidas con pequeños núcleos de población cercanos, son idóneos. Y en España, tenemos mucho de eso. Aquí van algunas regiones idóneas para conocer a fondo y  “a fuego lento”. Estas son algunos de los municipios que se acogieron al movimiento “Slow” surgido en los años 80 en los Alpes Italianos:

• Munguía y Lekeitio, en Vizcaya, fueron unos de los primeros municipios en acogerse a este movimiento.
• Palafrugell, Begur y Pals, tres municipios de la Costa Brava, también pertenecen a CittaSlow. Con algunas de las mejores calas del Bajo Ampurdán, con una estupenda opción para iniciarse en este tipo de turismo.
• Navarra es una de las regiones que últimamente se ha añadido a la lista de Slow Turism, y no es de extrañar, teniendo en cuenta que un 50% de su superficie es óptima para el ecoturismo.

El Turismo Slow es en realidad una filosofía de viaje que se puede aplicar a cualquier destino. Relajarnos y disfrutar de cada instante, también en las ciudades, dejarse llevar por el momento o la gente, improvisar y saborear cada momento. Cuando menos te lo esperes, llegará la mejor experiencia de todo el viaje.