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Blogshalcon-Vuelos-Samoa Air billetes al peso En ese grupo de líneas aéreas poco conocidas a la que de vez en cuando echamos un vistazo en este blog figura, sin ninguna duda, Samoa Air. Se trata de la pequeña compañía de bandera del país homónimo, que opera rutas internas entre las islas que forman ese archipiélago polinesio situado en el Pacífico sur, además de vuelos chárter y trayectos médicos. Samoa Air es joven. Fue fundada en junio de 2012 con base en el Faleolo International Airport de Apia (la capital), está presidida por el CEO Chris Langton y tiene un modesto catálogo de cuatro destinos, tres de ellos domésticos (Asau, Apia y Salelologa) y otro a la Samoa Americana (Pago Pago). Su sencilla flota está compuesta por tres unidades, dos Britten-Norman Islander de nueve pasajeros y una avioneta Cessna 172 que puede transportar a tres personas. A pesar de ello y de su escaso currículum, ya tiene un accidente en su haber: un choque de uno de sus aviones con otro de Polynesian Airlines. También ha tenido tiempo de despertar una polémica que ha alcanzado una dimensión mediática mundial: su decisión de vender billetes con tarifas según el peso del cliente. Es la primera que lo hace y quién sabe si no estará abriendo camino. Desde el pasado otoño, Samoa Air comercializa sus pasajes a partir de un dólar por kilogramo de peso, entendiendo por tal el de la persona, no el del equipaje. Esto para trayectos cortos, si son más largos salen a 4,34 dólares por kilo. La cosa suena bastante estrambótica pero para entenderla es necesario saber que el país sufre un grave problema de obesidad entre sus ciudadanos hasta el punto de que la OMS lo sitúa en cuarta posición del top ten de la gordura con un 59,6% de la población afectada. Ésta es la razón por la que la dirección decidió gravar los billetes con ese recargo. Bueno, también el hecho de que al tener aviones pequeños debe cuidar especialmente el peso que carga y el combustible que gasta en sus vuelos para garantizar la seguridad del viaje. En cualquier caso lo ha hecho sin reparos, pues si bien al principio la reacción general fue de asombro, con el tiempo se ha convertido en un éxito. ¿Por qué? Pues porque, por ejemplo, así los niños pagan mucho menos, algo que les viene muy bien a las familias cuando viajan por vacaciones o cualquier otra causa; basta con pesarlos, que para eso han puesto básculas en los mostradores de facturación. "La forma más justa de volar", reza su lema publicitario. O, como explica Chris Langton: "La industria parte de un concepto equivocado: no todo el mundo tiene la misma medida. Las aeronaves siempre funcionan teniendo en cuenta el peso, no los asientos ocupados. Esa es la prueba de que nuestro concepto es el futuro. Es sencillamente más justo». Lo dicho, no nos extrañemos de ver algo así en breve por aquí. Al fin y al cabo, la medida se puso en marcha el pasado mes de noviembre pero no la conocimos hasta que un economista noruego propuso algo similar, levantando la liebre.
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