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Chica viajera maleta

"La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes". Esta cita le corresponde al señor John Lennon, que allá donde esté, seguro que asiente con la cabeza recordándonos con inaudible e hipotético Ya te lo decía yo, cada vez que esperamos que nuestros planes se cumplan al 100% de lo que nosotros teníamos programado. Y claro, si estamos hablando de viajar ¿quién no quiere que todos sus planes se cumplan a la perfección? Pero como todo en la vida, los planes son solamente eso, planes… y rara es la vez que no nos encontramos con un imprevisto, un cambio en la agenda, una rectificación, o con algo que se nos había olvidado tener en cuenta.

En un mundo que no se está quieto y al que no se le puede pedir: Oye, espérate un poquito a ver si termino de cuadrar mi agenda, que todo salga según lo previsto, es más una cuestión de suerte, que de planificación. Y como la suerte, la circunstancia, el imprevisto y la espontaneidad de la entropía, no podemos evaluarla, ni medirla, ni meterla en un cajón cerrándola con llave, siempre o casi siempre, pasa algo.

Es precisamente en el mundo de los viajes, donde cada uno de nosotros invierte el valor más preciado: nuestro tiempo, donde más valoramos que todo salga a la perfección. Y si lo piensas, y por un momento te bajas del carro de la rutina diaria, ese tiempo más rico o más escaso, del que dispones para ver otras cosas y visitas otros lugares, es lo que te vas a llevar dentro de ti para el recuerdo. Por eso queremos que todo salga bien, porque el tiempo avanza en una sola dirección y sabemos que solamente podemos invertirlo una vez.

Si hay algo que un cliente nos pide en el mostrador de una agencia de viajes, es que sepamos ayudarle a invertir su tiempo, de la mejor manera posible. Por eso, que haya alguien al otro lado del mostrador, no es ninguna casualidad. Alguien que sepa anticipar dentro de lo razonable, en un mundo inquieto, cuáles son las mejores opciones para disfrutar de ese tiempo, y que pase lo que todos nuestros clientes nos piden: que todo salga bien. Es un trabajo más importante de lo que parece, porque realmente más que vender viajes, lo que hacemos, es invertir el tiempo que el cliente nos confía. Y eso, es mucho más valioso que un vuelo + hotel, o un papel que te diga cuál es el itinerario de tu próximo Crucero o Circuito por Europa.

Realmente a estas alturas, al agente de viajes, ya solamente le queda aprender a predecir el futuro o consultar una máquina del tiempo… No sé si algún día los avances tecnológicos lo permitirán, pero creo que es lo único que nos queda ya por ofrecer al cliente. Si añadimos además que en la actualidad, la seguridad se ha convertido en un valor añadido a la hora de viajar, no creo estar desencaminando al decir que lo que nos piden, se acerca más a la exactitud y a la certidumbre, que a cualquier otro valor añadido en la venta, como puede ser el trato personal, o el color de una marca. Desde luego, es una responsabilidad.

¿Podemos ofrecer seguridad en un mundo que no se está quieto? Hasta cierto punto, pero como todo valor añadido, depende más de quien realice el trabajo y la labor de hacer que el viaje sea un éxito, que del objeto o del producto en sí. Y eso no te lo da un botón, ni una interfaz de reservas… te lo da una persona: un piloto, un recepcionista, un guía, un conductor, o como ha sido siempre, un agente de viajes.

Miguel Lázaro  Un ingeniero agrónomo cualquiera, que se perdió entre el mundo de los viajes y el de los datos. Bloguero políticamente incorrecto en personalidadyrelaciones.com desde 2007, y actualmente responsable del área CRM – Loyalty en Halcón Viajes
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