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Imagina una paradisíaca isla en medio del Mediterráneo

El agua es azul cristalino y en la costa hay pequeñas barcas de colores que salpican la arena. Los colores también son protagonistas de la sencilla arquitectura. Esta isla existe. Se llama Ponza y es una de las joyas aún desconocidas en el Mediterráneo. Es la más alejada de todas las del golfo de Nápoles y la más grande y principal del archipiélago de las islas Pontinas, en Italia. Los escarpados acantilados de origen volcánico contrastan con las playas de arena blanca y fina. Junto con el agua transparente permiten ver las rocas sumergidas entre las que nadan los peces. Ponza es la isla muy propicia para los amantes de la pesca submarina y Chiaia de Luna es su playa más espectacular. Las coloridas casas de Ponza se distribuyen en forma de anfiteatro a lo largo de su puerto. Hacia el interior las calles de Ponza se estrechan en encantadoras callejuelas por las que andan sus cerca de 3000 habitantes. Hoy es un destino poco masificado y elegido por quienes buscan la tranquilidad y el anonimato. Se puede llegar volando a Nápoles y cogiendo un ferry, si quieres dejar de imaginar.
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