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Ventana Inn cine naturaleza nudismo Quizá las generaciones más jóvenes no lo sepan pero, para sus padres, Easy rider (que aquí se tituló Buscando mi destino) fue una de las películas más impactantes de los años setenta: el espíritu de libertad, el movimiento hippie, la droga (por entonces aún no tan temida) y, sobre todo, recorrer las inmensas carreteras de EEUU en moto, convirtieron a sus personajes, interpretados por Dennis Hopper, Jack Nicholson y Peter Fonda, en auténticos iconos de una época. El autor de la novela en que se inspiró el filme, Lawrence A. Spector, invirtió los beneficios en un hotel que actualmente es el centro turístico por excelencia de Big Sur, lugar de referencia turística en la costa de California: el Ventana Inn. Se trata de un complejo hotelero de lujo únicamente para adultos que basa su oferta en el encanto de un entorno que puede disfrutarse desde lo alto de un enclave privilegiado: una colina de 300 metros con vistas inigualables al Pacífico y situada a una hora en coche del Monterrey Peninsula Airport. Son unos cuantos kilómetros cuadrados rodeados de naturaleza y tranquilidad, con las que se mimetizan discretamente proporcionando una apacible estancia a los huéspedes. El mismo edificio lo consigue con sus 10 estructuras de madera repartidas a lo largo y ancho de 98 hectáreas de terreno comunicadas por senderillos sinuosos que invitan a una estancia relajante o una escapada romántica. Pero, ojo, no faltan las comodidades materiales, dado que es un establecimiento de alto standing que ha ganado varios premios de hoteles. En las suites, de altos techos, se disfruta de chimenea, jacuzzi, minibar y el cada vez más extendido menaje para preparar café o té. Son 60 habitaciones dotadas de caja fuerte y prensa diaria gratuita, así como conexión inalámbrica a Internet, también gratis. El precio de la noche oscila, según el tipo de habitación y temporada, desde unos 400 euros a algo más de 900. Interesantes y atractivas son también las zonas comunes, con 2 piscinas climatizadas, baños japoneses y un Allegria Spa que ofrece una selección de tratamientos considerablemente amplia. Por cierto, una de las piscinas cuenta con una zona nudista, actividad que se suma a otras de ocio como el senderismo, las excursiones en lancha a observar ballenas o pasear a caballo. Cerca están también el Andrew Molera National Park y la playa de Pfeiffer; a ésta se puede acceder fácilmente desde el spa. Es habitual la celebración de bodas, que se puede combinar con la propia organización de la luna de miel. Además, calificado como boutique hotel, también se pueden encontrar tiendas en el propio establecimiento, así como servicios adicionales de biblioteca y videoteca. Y no hay que olvidarse de la gastronomía, pues en el Ventana Inn hay nada menos que un restaurante de platos mediterráneos, el Cielo, que se pueden degustar con increíbles vistas al océano.
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