El continente sudamericano es un gigante que esconde todo tipo de espacios naturales únicos en el mundo, centros urbanos con dimensiones que quitan el aliento y una gran diversidad cultural, sellada por el encuentro y choque de dos culturas cuyas influencias y tradiciones han dado origen a una región maravillosa. Uno de los accidentes geográficos más interesantes de Sudamérica es la Cordillera de los Andes, una cadena montañosa que recorre el continente de norte a sur y que esconde lugares llenos de exotismo y misterio, como el Lago Titicaca, un destino imprescindible en unas vacaciones en Sudamérica.
Bañando las tierras de Perú y Bolivia, son muchas las razones por las que el Lago Titicaca es mucho más que un sitio de interés compartido por los dos países andinos. Por una parte, se trata de un colosal cuerpo de agua de 8.562 Km2, una superficie similar a la isla de Puerto Rico y mucho más grande que muchos países del mundo. Aparte de su extensión, se encuentra a una altura media de 3.800 metros sobre el nivel del mar, lo que lo convierte en el lago navegable más alto del mundo.
Ante tal tamaño, posarse delante del Lago Titicaca es como presenciar la extensión de un vasto océano a casi 4.000 metros sobre el nivel del mar en el corazón de los Andes, donde solo hay agua en el horizonte. Hogar de fauna y flora endémica, el sitio del lago Titicaca es uno de los más emblemáticos de la cultura inca y fue un importante emplazamiento del imperio, ya que se han encontrado ruinas de una ciudadela inca sumergida en sus aguas.
Visitar el Lago Titicaca, es la oportunidad para entrar en contacto directo con algunas de las culturas precolombinas, un testimonio viviente que sigue perdurando después de milenios de historia.