Uno de los aspectos que más definen a una ciudad es indudablemente el geográfico. Imagina por un momento a Londres sin el Támesis, a Nueva York sin su bahía y el Hudson o a Rio de Janeiro sin el Pan de Azúcar, pues lo mismo ocurre con Estambul y el estrecho del Bósforo. Visitarlo constituye la mejor forma de conectar con Estambul y lo puedes hacer a través de los distintos barcos y cruceros que surcan sus aguas, una actividad que no debes perderte en unas vacaciones en Estambul.
También conocido como el estrecho de Estambul, el Bósforo es un gran cuerpo de agua que separa el continente europeo del asiático, y que conecta el Mar Negro con el Mar de Mármara. De casi 30 kilómetros de longitud y un ancho que varía entre los 700 metros y unos 4 kilómetros, su presencia fue vital a la hora de decidir el mejor emplazamiento para Constantinopla, antigua capital del Imperio Otomano y puerta de paso entre oriente y occidente.
En la actualidad hay varias formas de cruzarlo, o bien cruzando alguno de sus dos puentes: el Boğaziçi, de 1074 metros de largo, y el Fatih Sultan Mehmed, de 1090 metros de longitud. En octubre de 2013, se inauguró un moderno túnel ferroviario submarino, que consiguió conectar el lado asiático con el europeo y unir las dos líneas ferroviarias. Por otro lado, la ciudad continúa con un importante progreso en la modernización de sus infraestructuras, con la construcción de un tercer puente sobre el estrecho y un nuevo túnel para vehículos, con previsiones a inaugurarse en 2015.
Aunque la alternativa más divertida para disfrutar del Bósforo, es a bordo de un crucero, lo que permite no solamente ser testigo de la animada atmósfera a ambos lados del estrecho, sino que al mismo tiempo, es la mejor forma de ver algunos de los monumentos más importantes de Estambul. Uno de ellos es la Fortaleza de Rumeli Hisar, un castillo situado en una colina del lado europeo y que fue construida en 1451 por el sultán Mehmed II, antes de la conquista de Constantinopla.
Otros monumentos a considerar son el Palacio de Bylerbeyi, antigua residencia de sultanes, emperadores y jefes de gobierno, y que representa una interesante mezcla de estilos orientales y occidentales. Así mismo, el El palacio de Dolmabahçe, es otra muestra arquitectónica turca de gran importancia y que podrás ver a bordo de cualquier crucero por el Bósforo.
Las opciones son muy variadas. Para escoger qué ruta quieres realizar, debes dirigirte al muelle Eminönü, cerca del Puente Gálata. Hay desde el típico crucero de aproximadamente una hora, que da la vuelta al llegar al puente de Fatih Sultan Mehmed. Luego hay otros más extensos, donde se pueden visitar pueblos cercanos, como Anadolou Kavagi. Una excursión perfecta para un día o incluso medio día. Una buena idea es regresar a la hora del atardecer y contemplar la romántica silueta de la ciudad con la última luz del día.
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