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Desde que existe Instagram, de la intrepidez al postureo sólo hay un paso. Si te gusta fotografiar lo que comes y eres adicto al ambiente urbano, al turismo urbano, como buen millennial, quizás no tengas la necesidad de jugarte el pellejo haciéndote un selfie al borde de algún barranco de renombre. Ya sabes, por aquello de preferir los hoteles urbanos, los centros históricos y los cascos viejos de las grandes ciudades. Turismo urbano  

Turismo urbano

Por cierto, fotografiar comida, no implica necesariamente que la temática deba ser muffins, cupcakes, batidos, helados extravagantes o postres exóticos. Hay vida más allá de las magdalenas rellenas y las fotos rollo aventurero… sí, esas en las que hay que ir disfrazado de geyperman subiendo a algún montículo escarpado. ¿Te gusta viajar cómodo? ¿Te va el centro de la ciudad? ¿Turisteas levemente y te gusta no solo descansar, sino disfrutar de tu hotel? ¿No te sientes moralmente obligado a “explorar” destinos lejanos para sacarte una foto y decir que has estado en el último rincón de nosedonde? Y te digo explorar entre comillas ¡ojo! Porque hoy en día, pocos lugares deben quedar pendientes de figurar en alguna guía o foro de viajes. Alguien tenía que decirlo. Entonces eres de los míos: bienvenido al club del turismo urbano. El club del que formamos parte, todos aquellos que preferimos el centro, el transporte público, tenerlo todo cerca y ver gente andando por la calle después de las 22:00h de la noche. Puedo decirte, que nosotros si nos sentimos ciudadanos del mundo: porque por dentro somos londinenses, parisinos, neoyorquinos, berlineses, o madrileños con más o menos chulería. Y aparte de ser una declaración muy bien intencionada, salvando los matices, te das cuenta de que no somos tan distintos. Todos muy fan del vuelo + hotel, y de callejear buscando lugares que ofrezcan alguna novedad, o curiosidad no necesariamente histórica, aunque el propio centro te empape de historia hasta la médula. De los que nos gusta encontrarnos en una misma calle: un cine, un teatro, un restaurante chino, un italiano, un pub irlandés, una boca de metro, o un bar de toda la vida de menú a 10€. Músicos callejeros, grupos Hare Krisna, mercadillos navideños y personajes curiosos que siempre hay; porque los centros de las grandes ciudades son como la Torre de Babel, y basta prestar un poco de atención, para escuchar varios idiomas en pocos metros cuadrados. Donde un simple paseo, es el propio entretenimiento entre tanta variedad, opciones, shopping y mucha y diversa fauna urbana. No sé cómo, pero en el centro siempre cabe todo el mundo. ¿Tienes alguna ciudad en mente que te apetezca visitar? De las ganas, a hacerlo… solo estás a un clic.   Miguel Lázaro  Un ingeniero agrónomo cualquiera, que se perdió entre el mundo de los viajes y el de los datos. Bloguero políticamente incorrecto en personalidadyrelaciones.com desde 2007, y actualmente responsable del área CRM – Loyalty en Halcón Viajes
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